Poema para leer un viernes por la tarde: Udaylee de Sujata Bhatt

Shérdi y otros poemasEn Poema para leer un viernes por la tarde, nuestro editor, el poeta Mario Bojórquez, nos recomienda leer “Udaylee” de Sujata Bhatt, poema que pertenece a su primer libro Brunizem de 1988. Sujata Bhatt recibió el Premio Internacional de Poesía Nuevo Siglo de Oro 2014 del Encuentro Internacional de Poesía Ciudad de México. En 2018 inauguró la colección Círculo de Poesía Ediciones con Shérdi y otros poemas y que puedes adquirir en nuestra librería en línea. La traducción de este poema es de Mario Bojórquez.

 

 

 

 

 

 

 

Sujata Bhatt (Ahmedabad, India, 1956) es una de las voces femeninas más importantes de la poesía actual del mundo. Su obra conmueve por ser profundamente personal al mismo tiempo que toca a la amplia colectividad. Hace emerger los sentimientos de todos aquellos que la leen y a través de ella conocen algo de su cultura. El poema “Udaylee” pertenece a su primer libro Brunizem (1988). “Udaylee” es una palabra que significa “intocable”, este es el modo de llamar a una mujer menstruando en la India. Para asegurarse de que una mujer no contamine lo que toca, se dispone en un lugar de la casa un espacio para confinar a la mujer en los días de la menstruación. Sujata Bhatt recibió el Premio Internacional de Poesía Nuevo Siglo de Oro del Encuentro Internacional de Poesía Ciudad de México que organiza Círculo de Poesía donde ha publicado Shérdi y otros poemas.

Mario Bojórquez

 

 

Udaylee

Sólo papel y madera están a salvo
del toque de una mujer menstruando.
Por eso, para nosotras han construido
este cuarto junto al establo.
Aquí, se nos permite escribir
cartas, leer, y se nos da la oportunidad
de que nuestros dedos, cicatrizados por la cocina, sanen.

No puedo dejar solas a las estrellas esta noche.
Y cuando no puedo dormir, voy y vengo
en este pequeño cuarto, voy y vengo desde mi estrecho catre al librero
lleno de periódicos polvorientos
sujetados apenas por brillantes caracolillos marrones y una caracola grande.
Cuando no puedo dormir, pongo la caracola en mi oído
para escuchar el fluido de mi sangre,
la canción de mis latidos,
el lento tamborileo dentro de mi cabeza, de mis caderas.
Este dolor es mi sangre fluyendo,
precipitándose contra algo
–masivos nudos de mi sangre–,
entonces es que recuerdo puñados de algas
elevándose con la espuma,
elevándose. Luego cayendo, cayendo sobre la arena
esparciéndose sobre un nuevo nido de huevos de tortuga.

 

 

 

 

También puedes leer