Dino Campana por Victoria Montemayor

Presentamos, en traducción de la poeta y académica Victoria Montemayor una breve presentación y selección de los poemas del autor italiano Dino Camapana. Autor de un solo libro de versos, Canti Orfici (Ravagli, Marradi, 1914), es considerado un poeta inusual e incluso maldito.

 

 

 

Dino Campana: entre oscuridad y locura
por Victoria Montemayor

Dino Campana nació el 20 de agosto de 1885 en Marradí, Italia en la región de los Apeninos toscanos. Su poesía posee claro oscuros, tintes tenebristas y dantescos, en ocasiones románticos que recuerdan al gran Leopardi, y se caracteriza por una particular musicalidad. Algunos de sus escritos son autobiográficos, versos y prosa de viaje, de amor y desamor, de descubrimientos, de noches de locura. Muere el 1 de marzo de 1932 en Scandicci, una región de la Toscana florentina. Dino Campana está considerado como el único poeta maldito italiano. Los poemas que comparto pertenecen al poemario “Cantos Órficos”, “Nocturnos” e “Imágenes del viaje y la montaña”.

 

 

 

 

Il canto della tenebra

La luce del crepuscolo si attenua:
Inquieti spiriti sia dolce la tenebra
Al cuore che non ama più!
Sorgenti sorgenti abbiam da ascoltare,
Sorgenti, sorgenti che sanno
Sorgenti che sanno che spiriti stanno
Che spiriti stanno a ascoltare…
Ascolta: la luce del crepuscolo attenua
Ed agli inquieti spiriti è dolce la tenebra:
Ascolta: ti ha vinto la Sorte:
Ma per i cuori leggeri un’altra vita è alle porte:
Non c’è di dolcezza che possa uguagliare la Morte
Più Più Più
Intendi chi ancora ti culla:
Intendi la dolce fanciulla
Che dice all’orecchio: Più Più
Ed ecco si leva e scompare
Il vento: ecco torna dal mare
Ed ecco sentiamo ansimare
Il cuore che ci amò di più!
Guardiamo: di già il paesaggio
Degli alberi e l’acque è notturno
Il fiume va via taciturno…
Pùm! mamma quell’omo lassù!

 

 

El canto de las tinieblas

La luz del crepúsculo se atenúa:
Para los espíritus inquietos dulce son las tinieblas
¡En el corazón que no ama más!
Surjan, surjan tenemos que escuchar,
Surjan, surjan que saben
Surjan que saben que espíritus están
Que espíritus están prestos a escuchar…
Escucha: la luz del crepúsculo se atenúa
Y para los espíritus inquietos dulce son las tinieblas:
Escucha: te venció la Suerte:
Pero para los corazones ligeros otra vida está a la puerta:
No existe dulzura que pueda igualar a la Muerte
Más Más Más
Piensa quién todavía te arrulla:
Percibe a la dulce doncella
Que dice al oído: Más Más
Ahora se levanta y desaparece
El viento: ahora regresa del mar
Y ahora escuchamos jadear
¡El corazón que nos amó de más!
Miramos: allá el paisaje
De árboles y aguas es nocturno
El río se aleja taciturno…
¡Púm! ¡Mami aquel hombre allá!

 

 

 

La Chimera

 

Non so se tra roccie il tuo pallido
Viso m’apparve, o sorriso
Di lontananze ignote
Fosti, la china eburnea
Fronte fulgente o giovine
Suora de la Gioconda:
O delle primavere
Spente, per i tuoi mitici pallori
O Regina o Regina adolescente:
Ma per il tuo ignoto poema
Di voluttà e di dolore
Musica fanciulla esangue,
Segnato di linea di sangue
Nel cerchio delle labbra sinuose,
Regina de la melodia:
Ma per il vergine capo
Reclino, io poeta notturno
Vegliai le stelle vivide nei pelaghi del cielo,
Io per il tuo dolce mistero
Io per il tuo divenir taciturno.
Non so se la fiamma pallida
Fu dei capelli il vivente
Segno del suo pallore,
Non so se fu un dolce vapore,
Dolce sul mio dolore,
Sorriso di un volto notturno:
Guardo le bianche rocce le mute fonti dei venti
E l’immobilità dei firmamenti
E i gonfii rivi che vanno piangenti
E l’ombre del lavoro umano curve là sui poggi algenti
E ancora per teneri cieli lontane chiare ombre correnti
E ancora ti chiamo ti chiamo Chimera.

 

 

La Quimera

No sé si entre rocas tu pálido
Rostro me aparece, o si sonrisa
de lejanías ignotas
fuiste, la ladera ebúrnea
frente reluciente o joven
Hermana de la Gioconda:
o de las primaveras
apagadas por tus míticas palideces
oh Reina oh Reina adolescente:
Pero por tu ignoto poema
de voluntad y de dolor
Musical doncella exangüe,
marcada por línea de sangre
en el círculo de los labios sinuosos,
Reina de la melodía:
Pero por tu virginal cabeza
Me inclino, yo poeta nocturno
Velé las vívidas estrellas en los piélagos del cielo,
Yo por tu dulce misterio
Yo por tu devenir taciturno.
No sé si la pálida llama
Fue de los cabellos el viviente
Signo de su palidez,
No sé si fue un dulce vapor,
Dulce en mi dolor,
Sonrisa de un rostro nocturno:
Observo las blancas rocas las mudas fuentes de los vientos
y la inmovilidad del firmamento
y las suaves riveras que van llorando
y las sombras del trabajo humano curvan allá sobre las cumbres nevadas
y todavía por tiernos cielos lejanas sombras claras fluyendo
y aún te llamo te llamo Quimera.

 

 

 

Montagna-La Chimera

 

Tu tra le rocce il tuo pallido
Viso traente al sorriso
Da lontananze ignote:
Tu ne la china eburnea
Fronte fulgente, o giovane
Suora de la Gioconda:
(Tu de le Primavere
Spente, per i tuoi mitici pallori
O Regina, o Regina adolescente)…
Oh! per il tuo ignoto poema
Di voluttà e di dolore
Musica fanciulla esangue,
Segnato di linea di sangue
Nel cerchio delle labbra sinuose,
Regina de la melodia:
Oh! Invano pel vergine capo
Reclino io poeta notturno
Vegliai le stelle vivide nei pelaghi del cielo,
Io fiso al tuo dolce mistero
Io fiso al tuo divenir taciturno.
…………………..
Oggi una fiamma pallida
Entro i capelli viventi
Sul Suo profondo pallore,
O Estate che ardi nel cieli
Tu accendi pel suo corpo eburneo:
A la regina dei sogni che appare nei vaghi suoi veli.

 

 

Montaña – La Quimera

Tú entre las rocas tu pálido
Rostro atrae la sonrisa
de lejanías ignotas:
Tú en la ladera ebúrnea
frente reluciente oh joven
Hermana de la Gioconda:
(Tú de las Primaveras
apagadas, por tus míticas palideces
oh Reina, oh Reina adolescente)…
¡Oh! por tu ignoto poema
de voluntad y de dolor
Musical doncella exangüe,
marcada por línea de sangre
en el círculo de los labios sinuosos,
Reina de la melodía:
¡Oh! en vano por tu virginal cabeza
me inclino yo poeta nocturno
Velé las vívidas estrellas en los piélagos del cielo,
Yo sostenido en tu dulce misterio
Yo sostenido por tu devenir taciturno.
……………..
Hoy una pálida llama
dentro de los cabellos vivientes
sobre Su profunda palidez,
Oh Verano que ardes en los cielos
Tú iluminas su cuerpo ebúrneo:
A la reina de los sueños que aparece en sus errantes velos.

 

 

De Immagini del viaggio e della montagna

Batte botte
Ne la nave
Che si scuote,
Con le navi che percuote
Di un’aurora
Sulla prora
Splende un occhio
Incandescente:
(Il mio passo
Solitario
Beve l’ombra
Per il Quais)
Ne la luce
Uniforme
Da le navi
A la città
Solo il passo
Che a la notte
Solitario
Si percuote
Per la notte
Dalle navi
Solitario
Ripercuote:
Così vasta
Così ambigua
Per la notte
Così pura!
L’acqua (il mare
Che n’esala?)
A le rotte
Ne la notte
Batte: cieco
Per le rotte
Dentro l’occhio
Disumano
De la notte
Di un destino
Ne la notte
Più lontano
Per le rotte
De la notte
Il mio passo
Batte botte

 

 

De Imágenes del viaje y la montaña

Batte botte
En la nave
Que se estremece,
Con las naves que golpean
De una aurora
Sobre la proa
Esplende un ojo
Incandescente:
(Mi paso
Solitario
Bebe la sombra
De la banquilla)
En la luz
Uniforme
De las naves
A la ciudad
Solo el paso
Que en la noche
Solitario
Se estremece
Por la noche
De las naves
Solitario
Se estremece:
Tan vasta
Tan ambigua
Por la noche
¡Tan pura!
El agua (el mar
¿Qué exhala?)
En las ruedas
En la noche
Golpea: ciego
Por las ruedas
Dentro del ojo
Deshumano
De la noche
De un destino
En la noche
Más lejano
Por las ruedas
De la noche
Mi paso
Batte botte.

 

 

 

La petite Promenade du poète

 

Me ne vado per le strade
strette oscure e misteriose:
vedo dietro le vetrate
affacciarsi Gemme e Rose.
Dalle scale misteriose
c’è chi scende brancolando:
dietro i vetri rilucenti
stan le ciane commentando.

La stradina è solitaria:
non c’è un cane: qualche stella
nella notte sopra i tetti:
e la notte mi par bella.
E cammino poveretto
nella notte fantasiosa,
pur mi sento nella bocca
la saliva disgustosa. Via dal tanfo
via dal tanfo per le strade
e cammina e via cammina,
già le case son più rade.
Trovo l’erba: mi ci stendo
a conciarmi come un cane:
da lontano un ubriaco
canta amore alle persiane.

 

 

La petite Promenade du poète

 

Voy por calles
estrechas oscuras y misteriosas:
veo detrás de los ventanales
asomarse Gemas y Rosas.
De las escaleras misteriosas
hay quien desciende tambaleándose:
detrás de los vidrios relucientes
están las mujerzuelas murmurando.
………………..
La callecita es solitaria:
no hay ni un perro: alguna estrella
en la noche sobre los tejados:
y la noche me parece hermosa.
Y pobre camino
en la noche fantasiosa,
incluso siento en la boca
la saliva disgustosa. Surge una fetidez
surge una fetidez por las calles
y camina y camina,
ya las casas se oscurecen (están más distantes).
Encuentro la hierba: me extiendo
como un perro:
a lo lejos un borracho
canta amor a las persianas.

 

 

 

Sueño de prisión

En el viola de la noche escucho canciones broncíneas. La celda es blanca, el camastro es blanco. La celda es blanca, llena de un torrente de voces que mueren en cunas angelicales, de voces angelicales broncíneas está llena la celda blanca. Silencio: el viola de la noche: en arabescos de barras blancas, el azul del sueño. Pienso en Anika: estrellas desiertas sobre montes nevados: calles blancas desiertas: iglesias blancas de mármol blanco: en las calles Anika canta: un bufón de ojo infernal la guía, grita. Ahora mi país entre montañas. Yo en el parapeto del cementerio delante a la estación que observo el camino negro por los carros, allá, acá. No es noche todavía; silencio de ojos de fuego: los carros devoran, vuelven a devorar el negro silencio en el camino de la noche. Un tren: suena llega en silencio, se detiene: la púrpura del tren muerde la noche: del parapeto del cementerio los ojos rojos se llenan de la noche: después, todo me parece, cambia rumbo: Desde una ventanilla ¿en fuga yo? ¡¡Yo que alzo los brazos en la luz!! (el tren me pasa debajo retumbando como un demonio).

 

 

Sogno di prigione

 

Nel viola della notte odo canzoni bronzee. La cella è bianca, il giaciglio è bianco. La cella è bianca, piena di un torrente di voci che muoiono nelle angeliche cune, delle voci angeliche bronzee è piena la cella bianca. Silenzio: il viola della notte: in rabeschi dalle sbarre bianche il blu del sonno. Penso ad Anika: stelle deserte sui monti nevosi: strade bianche deserte: poi chiese di marmo bianche: nelle strade Anika canta: un buffo dall’occhio infernale la guida, che grida. Ora il mio paese tra le montagne. Io al parapetto del cimitero davanti alla stazione che guardo il cammino nero delle macchine, sù, giù. Non è ancor notte; silenzio occhiuto di fuoco: le macchine mangiano rimangiano il nero silenzio nel cammino della notte. Un treno: si sgonfia arriva in silenzio, è fermo: la porpora del treno morde la notte: dal parapetto del cimitero le occhiaie rosse che si gonfiano nella notte: poi tutto, mi pare, si muta in rombo: Da un finestrino in fuga io? io ch’alzo le braccia nella luce!! (il treno mi passa sotto rombando come un demonio).

Dino Campana, Canti Orfici, Torino: Einaudi, 2003.

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