Poema para leer un viernes por la tarde: Cántico del Hermano Sol

En esta nueva entrega de Poema para leer un viernes por la tarde, nuestro editor, el poeta Mario Bojórquez nos acerca a la relectura del Cantico di Frate Sole escrito por San Francisco de Asís en el siglo XIII. Acompañamos la entrada con la versión coral de Alaleona y Berardi interpretada por el coro Porziuncola en la dirección de Maurizio Verde.

 

 

 

 

 

Escrito originalmente en italiano, es quizá el primer gran poema de aquella lengua, el autor es San Francisco de Asís, creador de la Orden Franciscana dividida en tres órdenes religiosas mendicantes conocidas como la “Orden de los hermanos menores, observantes, conventuales y capuchinos”, la “Orden de las hermanas pobres de Santa Clara” y la “Tercera orden de los hermanos seglares”, su filosofía de vida cercana a la naturaleza encarnaba una forma de devoción mística sustentada en la pobreza, la castidad y la obediencia, estos fueron los votos esenciales que regulaban las comunidades franciscanas. El poeta Carlos Pellicer representó para la poesía mexicana el vínculo franciscano entre poesía, devoción y vida natural.

MB

 

 

 

Cántico del Hermano Sol

Altísimo, Todopoderoso, buen Señor,
Son para ti la alabanza, la gloria, el honor y toda bendición.
Sólo a ti se te deben, oh Altísimo,
y ningún hombre es digno de pronunciar tu nombre.

Alabado seas, Señor, por todas tus creaturas,
y particularmente por nuestro hermano, el señor Sol,
que nos regala el día y nos alumbra.
Él es bello y radiante con su gran esplendor:
él es un símbolo de ti, oh Altísimo.

Alabado seas, Señor, por nuestra hermana la Luna y por las estrellas,
que Tú las has formado en el cielo, claras, preciosas y bellas.

Alabado seas, Señor, por nuestro hermano el Viento,
por el Aire y la Nube, por el Cielo puro, por las Estaciones
que ofrecen a las creaturas su sustento.

Alabado seas, Señor, por nuestra hermana el Agua, que es útil,
humilde, preciosa y casta.

Alabado seas, Señor, por nuestro hermano el Fuego,
por el cual iluminas la noche,
y que es bello, alegre, valiente y fuerte.

Alabado seas, Señor, por nuestra hermana y madre la Tierra,
que nos viste y alimenta,
que produce los diversos frutos con coloridas flores y hierbas.

Alabado seas, Señor, por todos aquellos que perdonan en nombre de Tu amor,
por aquellos que soportan las penas y las tribulaciones.
Felices aquellos que perseveran en la paz,
porque, por ti, oh Altísimo, serán coronados.

Alabado seas, Señor, por nuestra hermana la Muerte corporal,
a la que ningún ser viviente puede escapar.
Desgraciados aquellos que mueren en pecado mortal;
felices aquellos que hicieron Tu santísima voluntad,
porque la segunda muerte, la muerte eterna, no podrá hacerles ningún mal.

Alaba y bendice al Señor, dale gracias
y sírvele con toda humildad.

 

Francisco de Asís
Fiorettii
Traducción de Mario Bojórquez

 

 

 

 

Cantico di Frate Sole

Altissimu, onnipotente, bon Signore,
Tue so’ le laude, la gloria
e l’honore et onne benedizione.
Ad Te solo, Altissimo, se konfane,
e nullu homo ène dignu Te mentovare.

Laudato si’, mi’ Signore,
cum tutte le Tue creature,
spezialmente messor lo frate Sole,
lo qual è iorno
et allumini noi per lui.
Et ellu è bellu e radiante
cum grande splendore:
de Te, Altissimo, porta significazione.

Laudato si’, mi’ Signore,
per sora Luna e le stelle:
in celu l’ai formate
clarite et preziose et belle.

Laudato si’, mi’ Signore,
per frate Vento
et per aere et nubilo
et sereno et onne tempo,
per lo quale a le Tue creature
dai sustentamento.

Laudato si’, mi’ Signore,
per sor’Acqua,
la quale è multo utile et humile
et preziosa et casta.

Laudato si’, mi’ Signore,
per frate Focu,
per lo quale ennallumini la notte:
et ello è bello et iocundo
et robustoso et forte.

Laudato si’, mi’ Signore,
per sora nostra matre Terra,
la quale ne sustenta e governa,
e produce diversi frutti con coloriti fiori et herba.

Laudato si’, mi’ Signore,
per quelli ke perdonano per lo Tuo amore
et sostengo infirmitate e tribulazione.
Beati quelli ke ‘l sosterrano in pace,
ka da Te, Altissimo, sirano incoronati.

Laudato si’, mi’ Signore,
per sora nostra Morte corporale,
da la quale nullu homo vivente po’ skappare:
guai a quelli ke morrano ne le peccata mortali;
beati quelli ke trovarà ne le Tue santissime voluntati,
ka la morte secunda no ‘l farrà male.

Laudate e benedicete mi’ Signore et rengraziate
et serviateli cum grande humilitate.

 

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