Poesía chilena: Soledad Fariña

Leemos poesía chilena. Leemos a Soledad Fariña (Antofagasta, 1943). Ha publicado poemarios como El primer libro (1985), Albricia (1988) o las antologías La vocal de la tierra (1999),  El primer libro y otros poemas (2016) y Pide la lengua (2017). Su libro más reciente es El deseo hecho palabra (2021). 

 

 

 

 

 

 

Todo tranquilo, inmóvil

 

Había que pintar el primer libro pero cuál pintar
cuál primer      tomar todos los ocres            también
el amarillo oscuro de la tierra
capas unas sobre otras: arcilla terracota ocre
arañar un poco      lamer los dedos para formar
esa pasta ligosa
untar los dedos      los brazos     ya estás abierto
páginas blancas abiertas   no hay recorrido previo
tratar de hendir los dedos

– Por qué tan tristes     por qué así estos colores,
  dicen, preguntan los choroyes de alas verdes
  que pasan en bandadas
– Por qué esa oscuridad, gritan
– Hay un negro que sombrea   que nos cubre

Se alejan pero no alcanzan a ver el rojo que descubro
Debajo de mi axila.

– No hay claridad, no hay claridad, graznan
– Ha caído la nube gris sobre mi vuelo: eran granizos
   era hielo el que quebró mis alas

 
Y ahí en las alambradas, suspendido su vuelo
se dan a murmurar

 
todo tranquilo      inmóvil apacible

 

 

 

 

Cual pintar cual primer

 
Zumban las alas negras
atento el oído atisba el aleteo
grieta profunda atraviesa las capas arcillosas
cruza rayo negro las capas amarillas
las fulmina
transgrede la suavidad dorada del polvillo
atisba el oído atento el aleteo negro
de alas negras
que sostienen el aire que lo aguantan
todo tranquilo    inmóvil   apacible

 

 

 

 

Aun no es tiempo

 
Muge la tierra el ocre  el terracota  el gris  el negro
abrir la axila, hay una herida inmensa             volcán
reteniendo sus aullidos:
acallarlo

– Aún no, aún no es el tiempo de la poda de las
guías rastreras,
mascullan los choroyes,
– Aún no es el tiempo de la poda de las guías
Rastreras

Mirar el hueco entonces –pobres humores grises
Y taimados-, detener el impulso volcarse al agujero:

Hay un rojo que brama por estallar
–   Aún no es tiempo,  aún no es tiempo

 

De El Primer libro (1985)

 

 

 

 

Viajo en mi lengua

 

 

 
                    de arena pantanosa

 

dos vocales                           O           E

Viajo y rozan los bordes mi arenilla dormida
Adentro          más adentro de la cavidad sonora
                       tus vocales      las mías
                       en el ronco gemido

Me aferro a mis moluscos              Penetro las papilas
Adentro          más adentro llego hasta el estertor
al eco de otra lengua La camino
recorro    la nostalgia      la cerco
Pero a la piel no llegan claros los envíos

Qué sintaxis           Qué paisajes que mis ojos no vieron
Quieren brotar desde esas aguas

                                       y tu lengua             mi lengua

 

 

 

 

Crujen los huesos de esta prisión

 

                 Intento abrir al ritmo de mi abdomen

un hueco a la palabra             Se encabritan las olas
de mi cabeza                          Aúllo              Aúlla

 
                                               el celador pliegue
                                               de mi memoria

         (mi naranja guardada por cáscara porosa)

Nadie entra en esta esfera       Apretada
me sumo    Zumo líquidos que irrigan
mis conductos    Pero las fosas husmean
buscando la fragancia             Mi naranja olorosa
apretada resiste pero el dedo se hunde
desgarrando            Me abro en gajos amarillos
y crujo este sonido al desmembrarme

 

de Albricia (1988)

 

 

 

 

 

 

 

 

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