Traductores panhispánicos: Gustavo Osorio de Ita

Abrimos la serie Traductores panhispánicos con el poeta y traductor Gustavo Osorio de Ita (Puebla, 1986).

Esta serie busca conversar sobre las zonas de contacto entre la poesía y la traducción. Gustavo Osorio de Ita (Puebla, 1986). Poeta, ensayista y traductor. Ha publicado poemas en medios nacionales e internacionales y los libros de poesía​​ Bonapartes y​​ Las armas de mi padre. También tradujo los libros​​ Almuerzo con Pancho Villa​​ de Paul Muldoon,​​ Vuelo y otros poemas​​ de Kwame Dawes,​​ La nadadora deshuesada. Leyendas metropolitanas​​ de Linda Maria Baros,​​ El cuerpo dado​​ de Nawel Ben Kraïem y la antología​​ Otros vislumbres. Poesía actual de la India.

 

 

 

La comprensión de la poesía contemporánea estriba en buena medida en la traducción. La época actual supone establecer vínculos entre las lenguas, desde esta zona de contacto las diferentes literaturas obtienen nuevas herramientas para la cohesión entre expresión y conocimiento del mundo.

Concretamente, la literatura en español cuenta con una rica tradición de la traducción. Quizá desde la Escuela de Traductores de Toledo cuando traducen las obras grecolatinas, y Toledo se convierte en la capital cultural de Europa, pasando por el Colegio de Tlatelolco y su incorporación del náhuatl, estableciéndose como un pilar fundamental para la unión de dos continentes.

En tiempos más recientes, desde el siglo XX, las revistas literarias en América incluían en su constelación de colaboradores a escritores de otras lenguas; las revistas buscaban ensanchar el conocimiento de la literatura y un nuevo modelo de socialización de la literatura. Destacaron publicaciones como​​ Contemporáneos,​​ Sur,​​ Vuelta,​​ Plural,​​ Trilce,​​ Poesía,​​ Revista de la Biblioteca de México,​​ El corno emplumado,​​ El caimán barbudo, entre otras, llegando hasta el archivo de traducción de​​ Círculo de Poesía​​ que cuenta con más de 1,000 publicaciones en su revista, con más de un centenar de colaboradores de toda la lengua, conformando ya la Escuela de Traducción de Círculo de Poesía. Todas estas revistas acercaron a distintas generaciones de países diversos a un caudal de autores de lenguas extranjeras con las cuales sería imposible comprender el presente poético.

Dialogamos con los traductores más importantes de nuestra lengua para comprender cómo su escritura establece su relación con otras lenguas y sus poéticas.

Adalberto García López

 

 

1.- La época contemporánea presenta fronteras cada vez más delgadas entre las culturas y exige que las lenguas participen de otro modo en las diferentes sociedades; lo mismo ocurre con la literatura: el trabajo de traducir los textos literarios en otra lengua es una tarea cada vez más importante. ¿Con cuáles literaturas has realizado esta labor y por qué?

En mi labor de traducción, he trabajado principalmente con las lenguas inglesa y francesa, sin embargo –debido a las dinámicas colonialistas– esto no restringe el trabajo a enfocarme en dos países, sino más bien en la recuperación de un abanico que toca a una pluralidad de lugares que van de Irlanda hasta Ghana, pasando por Madagascar, Jamaica, India o Escocia. Pienso que, tal y como señalas, sí podemos notar en tiempos recientes –de los años 80 a la contemporaneidad, quizás– un adelgazamiento de las brechas culturales en el panorama contemporáneo, si bien existe al unísono un fenómeno opuesto en cuanto a la parte política; en otras palabras, las culturas se aproximan, pero las políticas públicas, sociales e ideológicas tienden (sobre todo en los años más recientes) a cierta separación. Creo que ahí radica el objetivo de la traducción: aproximar aquello que –por otra serie de circunstancias– se ha tornado lejano. Y por ello también traducir de espacios e instancias que resulten lo más lejanas posibles, porque creo que en esa distancia –o en salvarla poéticamente–​​ ­​​ radica la maravilla.

 

 

2.- Mark Strand, sobre la traducción, sugiere que más que un préstamo entre lenguas se trata de una transacción entre éstas, ¿crees que la poesía en lengua española puede retomar algunos conceptos, procedimientos o nociones de las lenguas o tradiciones que traduces?

Sí, pienso que podría bien leerse desde esta idea de la transacción o, quizás más específicamente, desde la idea de una transculturación (en la idea de Malinowski, es decir, como una nueva realidad que surge del choque cultural). En este sentido, pienso que hay una multiplicidad de constructos, ideas, procedimientos, subjetividades y más que transitan de una lengua a otra en el​​ ejercicio de la traducción; pienso por ejemplo en la idea del ritmo de Henri Meschonnic pues, cuando se traduce, muchas veces lo que se está intentando conseguir es reformular el ritmo del original, pero Meschonnic piensa el ritmo como un ritmo-sujeto, es decir, el ritmo como una manifestación subjetiva y ontológica del yo, por lo tanto en la traducción uno tiende a apropiarse también de ese yo –ser ese​​ je-autre​​ rimbaudeano– y con todo lo que ello implique. El poema es una mente, dice Lyn Hejinian (a quien también he tenido el gusto de traducir) y para poder traducir hay que entrar en esa mente, en esa concepción del mundo y cada lengua concibe el mundo también de manera singular; así, cuando traducimos, nos abrimos a otras propuestas lexicales, semánticas, semióticas, anímicas y, por supuesto, a formas de reconstruir al realidad (que eso pienso es también el poema) y lo que emerge es algo nuevo, algo a medio camino mas logrado, un yo que ya es otro y un otro que es tanto más yo.​​ 

 

3.- Revisando tus traducciones quisiera enfocarnos en aquellas de la lengua inglesa, pues no sólo contemplan las escritas en países como Estados Unidos o Inglaterra, sino otros países como la India o países africanos que adoptaron el inglés como lengua oficial tras el colonialismo. ¿Qué matices entre estas formas de participar en la lengua, de construir el poema identificas en estas tradiciones?

Creo que, en el caso particular de estas traducciones que mencionas, la lengua funciona como un lugar intersticial, por ejemplo el inglés de Paul Muldoon está tocado por la situación conflictiva norirlandesa de los años 60 y 70, Kwame Dawes retoma formas expresivas y ritmos jamaiquinos al tiempo que piensa la situación de la pandemia por VIH que va de los años 80 a la actualidad, o Linda Maria Baros, que existe entre el francés y el rumano y recupera la mitología urbana de un espacio donde intervienen ambas lenguas; es decir, se participa de la lengua en ese “in between” del que habla el crítico poscolonialista Homi Bhabha. Así, la lengua funciona en estos casos como un empoderamiento y un desacato, es la lengua con la que crecieron (la imposición) pero modelizada (el deseo); lo que uno busca traducir ahí –a mi parecer– es ese espacio que existe entre las imágenes aprendidas en la educación básica y su trastocamiento y vuelco hacia lo ominoso, su desdibujamiento; pasar de –por ejemplo, en el​​ panorama anglófono, la poesía de Frost o Henley o incluso Eliot– hacia el quiebre musical e imaginistico para hacer un retrato en otra lengua –aquí la nuestra, el español– del sujeto que manipula ahora, el heredero que no buscaba serlo, el sujeto intersticial. Yo pienso que, en tanto traductor, pero también en tanto lector conteporáneo de poesía, uno está constantemente buscando posicionarse ahí: en ese no-lugar.

4.- Has realizado antologías de toda una tradición poética como el caso de​​ Otros vislumbres. Poesía actual de la India, en la que se reúne un importante número de autores, así como antologías de poetas como los libros de Paul Muldoon o Linda María Baros. ¿Cómo ha sido delimitar estos​​ corpus​​ de trabajo? ¿Cuáles diferencias podrías establecer entre ambas?

El caso de​​ Otros vislumbres. Poesía actual de la India​​ (Círculo de Poesía Ediciones, 2019) pienso implica un direccionarse más hacia el gusto personal, ahí hay textos que –en la revisión de otras varias antologías, historias literarias, comentarios críticos y otras fuentes bibliohemerográficas– a mí me llamaron la atención desde mi idea de lo poético (lo cual también implica una heterogeneidad, pues buscaba textos que jugaran establecer oposiciones entre sí). En torno a aquellas otras traducciones, como la de Muldoon, el corpus estaba parcialmente acotado (su obra completa hasta el año 2015, la cual no es escaza) y a partir de ello busqué seleccionar aquellos poemas que me resultaban más interesantes, representativos o emblemáticos de cada periodo (Muldoon tiene varios, que van de una suerte de neoromanticismo, en la idea de Pinsky, a una forma hermenéutica moderna). Hay otros casos que podría pensar resultan más “sencillos”, como fue el caso de la poeta franco rumana Linda Maria Baros y su​​ Las nadadoras deshuesadas. Leyendas metropolitanas​​ (Círculo de Poesía Ediciones, 2022), pues se trataba de un poemario ya construido que había que traducir íntegramente, pero también ahí encontrar la voz-mente-subjetividad y sostenerla en 70 páginas traducidas es lo que puede representar un reto.​​ 

 

5.- Afirma Octavio Paz que “poesía y traducción son operaciones gemelas.” Siguiendo este planteamiento, ¿qué vínculo existe entre tu propia escritura y la de la traducción?

Para mí ha sido un vínculo dialéctico: escribir y traducir dependen la una de la otra, se retroalimentan. A la estética de un momento determinado de mi escritura se contraponen otras ideas en torno a la poesía que yacen en textos que estoy/estaba traduciendo; como respuesta a aquello que traduzco o que he traducido, intento edificar una forma escritural que no sólo incorpore, sino que desafíe aquellas estéticas lejanas. Siempre de la síntesis –que a veces toca lo traducido y a veces lo escrito– surge la necesidad de escribir o traducir (y ese traducir es también escritura, escribir a partir del otro). Algo semejante al​​ grafógrafo​​ de Salvador Elizondo, pero entre varias lenguas: traducir es escribirse a partir de alguien más, pero escribir es y ha sido muchas veces traducir quién soy en un momento específico de mi vida.​​ 

 

6.- La traducción de poesía contemporánea nos ha permitido conocer el pulso de la poesía del mundo, en ese sentido, ¿qué poetas contemporáneos en otras lenguas podrías recomendar para el lector en lengua española?

Pienso que hay una infinidad de poetas que están construyendo ese “pulso de la poesía del mundo” que refieres y, para comenzar, recomendaría tres antologías, pues en éstas se puede cartografiar una idea general de lo poético desde distintos ámbitos:​​ Los hijos de Whitman. Poesía norteamericana del siglo XXI​​ (antologada y traducida por Francisco Larios),​​ Wahine Toikupu. Poetas contemporáneas de Nueva Zelanda​​ (antologada y traducida por Andrea Rivas) y​​ Lluvia oblicua. Poesía portuguesa actual​​ (antologada y traducida por Mijail Lamas); estos tres casos pueden mostrar latencias y frecuencias muy disímiles entre sí, pero que ayudan a comprender los distintos grados y formas que alcanza la poesía en el panorama contemporáneo. En cuanto a casos singulares de poetas a los que he leído recientemente y que pienso exploran rutas interesantes de la poesía, pienso en Hai Zi y Xi Chuan, quienes desde China revelan una composición imaginista sumamente distinta de aquella a la que estoy acostumbrado; Arthur Sze, Ocean Vuong o Richard Siken, quienes desde el panorama norteamericano capturan la esencia de ese “talento individual” (Eliot) frente a la tradición y lo desafían de distintas maneras; Linda Maria Baros está construyendo una obra sumamente extraña, pues no se parece a nada que haya yo leído/traducido y pienso en sus versos está la posibilidad de un​​ romanticismo moderno y de la representación de lo ominoso desde la contemporaneidad; de la India, recomendaría a Sandeep Parmar, pues la lógica de composición de su obra poética deviene una arquitectura impresionante tanto a nivel discursivo como de imagen, así como también su obra crítica respecto a la raza; Jason Allen-Paisant, poeta de Jamaica que en 2023 obtuvo el T.S. Eliot Prize, pienso trabaja de manera asombrosa e inédita el monólogo dramático a partir del poscolonialismo y lo autobiográfico; y, finalmente, si bien no se trata de poesía (pues pienso también con Paz que la Poesía rebasa la forma del poema), el senegalés Mohamed Mbougar Sarr ha construido en la novela​​ La más recóndita memoria de los hombres​​ un discurso altamente lírico que a mi parecer no debemos dejar pasar por alto.

 

 

Libros traducidos en Círculo de Poesía Ediciones y Valparaíso México:

El cuerpo dado​​ de Nawel Ben Kraïem

La nadadora deshuesada. Leyendas metropolitanas​​ de Linda Maria Baros

Almuerzo con Pancho Villa​​ de Paul Muldoon

Vuelo y otros poemas​​ de Kwame Dawes

Otros vislumbres. Poesía actual de la India

 

 

 

PAUL MULDOON

CUBA

 

Mi hermana mayor llegó a casa esa mañana
En su vestido de noche de blanca muselina.
“¿Quién carajo te crees que eres,
Largándote a bailes casi desnuda?
Como si no fuese suficiente
Con el mundo en guerra, si no es que rumbo a su fin.”
Mi padre manoteaba sobre la mesa del desayunador.

 

“Esos yankees no eran de fiar—
Si hubieses escuchado a Patton en Armagh—
Pero este Kennedy es casi un irlandés
Así que no es mucho mejor que nosotros.
Y él con sólo dar la orden.
Si aún tienes algo de cordura
Quizás deberías hacer las paces con Dios.”

 

Yo podía escuchar a May a través de la cortina.
“Perdóname, Padre, porque he pecado.
Dije una vez una mentira, fui desobediente una vez.
Y, Padre, un muchacho me tocó una vez”
“Dime, hija. ¿Fue ese toque irrespetuoso?
¿Tocó tus pechos, por ejemplo?”
“Se rozó contra mí, Padre. Delicadamente.”

 

 

 

YVES BONNEFOY

EL ADIÓS

Regresamos a nuestro origen.
Este fue el lugar de la prueba, pero desgarrado.
Las ventanas mezclaban demasiadas luces,
Las escaleras ascendían a demasiadas estrellas
Que son arcos que se derrumban, escombros,
El fuego parecía arder en otro mundo.

Ahora los pájaros vuelan de cuarto en cuarto,
Las persianas han caído, el lecho está cubierto de piedras,
El hogar lleno de escombros caídos del cielo que quiere apagarse.
Allá hablábamos, por la noche, casi en un susurro
Debido a los rumores de las bóvedas, sin embargo, allá
Edificamos nuestros planes: pero un barco,
Cargado con piedras rojas, se alejaba
Irresistiblemente de una costa, y el olvido
Posaba ya sus cenizas sobre los sueños
Que recomenzábamos sin fin, poblando de imágenes
El fuego que ardió hasta el último día.

¿Es cierto, amigo mío,
Que no existe salvo una palabra para designar
En la lengua que llamamos poesía
Al sol de la mañana y a aquel de la noche,

Uno sólo el grito alegre y el grito de angustia,
Uno sólo el desierto venidero y los golpes de las hachas,
Uno sólo el lecho sin hacer y el cielo tormentoso,
Uno sólo el niño que nace y el dios muerto?

Sí, así lo creo, lo quiero creer, pero ¿cuáles son
Estas sombras que empañan el espejo?
Y he aquí, la zarza tarda entre piedras
Sobre el camino de hierba aún no tupida
Donde estaban nuestros pasos hacia los árboles jóvenes.
Me parece hoy, aquí, que la palabra
Es este cuenco medio roto, donde se extiende
A cada amanecer lluvioso el agua innecesaria.
La hierba y en la hierba el agua que brilla, como un río.
Todo es siempre un bucle del mundo.
El Paraíso está disperso, lo sé,
La tarea terrestre es reencontrarlo.

Las flores esparcidas entre la simple hierba,
Pero el ángel ha desaparecido, una luz
Que no fue más repentina que la puesta del sol.
Y como
Adán y
Eva caminaremos
Una última vez en el jardín.
Como
Adán el primer arrepentimiento, como
Eva la primera
Valentía nosotros desearemos y no desearemos.

Cruzar la puerta que se entreabre
Allá abajo, en el otro extremo de los cordones, coloridos
Como el augurio de un último rayo.
El futuro recuperado en el origen
Como el cielo enfrentado a un espejo curvo,
¿Podremos recoger esta luz
Que fue el milagro de aquí
La semilla en nuestras manos oscuras, para otros estanques
En el secreto de otros campos “prohibidos por la piedra “?

Sin duda, el lugar para vencer, para vencernos, es aquí
Del cual partimos, esta noche.
Aquí sin fin
Como esta agua que se escapa del cuenco.

 

 

 

ABDELATIF LAÂBI

HIPOTESIS

Habría podido
vivir otra vida
en el polo opuesto de la que he vivido
Nacer
en otra época
la más lejana posible
Ser dado a luz
por un mamífero distinto a un humano
uno acuático por ejemplo
Salir
de una semilla enterrada en el suelo
y volverme árbol
no importa cual
Ser expulsado
por un volcán
enfriarme, hacerme sólido
y volverme roca, qué!

 

Habría podido
no vivir
salvo las estaciones ardientes de la vida
la edad de las primeras palabras
de las penas y las alegrías nativas
Los meses ardientes, salvajes y refinados
del amor loco
El tiempo del sueño
igualmente loco
donde uno desencaja la luna sin dudarlo
donde uno se dice a sí mismo
que los días malos acabarán
de seguro el día de mañana

 

Habría podido
partir
–antes de que sea demasiado tarde–
bello, tenebroso
floreciendo a placer mis aromas naturales
extremadamente romántico
luminoso como el destello
apto al servicio permanente
de lo imposible

 

Habría podido
callarme
callarme para siempre
perdonar a mis semejantes
un tal lamento
Armarme del silencio
de aquellos que no conocen del mar
salvo las olas enemigas
y el cementerio de sus fondos
Aquellos que en el barro helado
lavan su rostro
con la sangre del alambre de púas
Aquellos a quienes todo acusa y condena:
el nombre, el color
la lengua, el país
el dislocado orgullo de los hombres
la indecente fertilidad de las mujeres
Aquellos que nos hablan elocuentemente
mediante gestos simples
o instantáneas
tomadas sin su conocimiento
muertos o vivos

 

Habría podido
no estar allá esta mañana
para escudriñar la noche
en la claridad del día
para confundir
mi pequeña tragedia
con aquella, inconmensurable
del mundo
arañar, arañar el papel
en lugar de soplar, soplar
en la gigantesca trompeta de la cólera
hasta que estallen mis pulmones

 

Habría podido
refugiarme en una cueva
sellar la entrada
Ejercitarme
en la sordera
la ceguera
la insensibilidad
Acabar
con el ruido de las imágenes
y entregar mi memoria
al gran reparador
que es el olvido

 

Habría podido
no existir
ni antes
ni después
Ser sólo latencia
suposición
y la nada
partícula improbable
siempre inmaduro
¡È finita la commedia!

 

 

 

GHASSAN ZAQTAN 

AQUELLA VIDA

Voy a ver cómo murieron

yendo hacia los escombros

yendo para verlos ahí

tranquilos sobre la colina de la intervención

 

Querido Narciso de miércoles, qué hora es

qué muerte es esta

qué planeta en la mano de la viuda

¿cinco o tres?

 

Su vestido florecía

nosotros éramos

flores abandonadas sobre su vestido

 

Queridos umbrales de las mujeres, cuánto es una vida

qué tiempo es un río

cuántas dagas hay en la sangre

de la arremolinante tormenta

¿tres o cinco?

 

Dejamos que la ciudad jugara

y guardamos enrollados nuestros amplios velos

 

Voy a ver cómo murieron

yendo hacia los escombros

yendo para ver su muerte

colinas del norte

viento que se levanta del sur

voy a llamarlos por sus nombres

 

 

 

KWAME DAWES

CÓMO ESCOGER UN ÁRBOL PARA EL COLGAMIENTO

 

Pastoral scene of the gallant south,​​ 

The bulging eyes and the twisted mouth,​​ 

Scent of magnolias, sweet and fresh,​​ 

Then the sudden smell of burning flesh.​​ 

Lewis Allan​​ 

 

Los árboles jóvenes pueden parecer robustos, pero carecen de memoria, son verdes y tan cercanos a la superficie que se doblan ante el peso​​ repentino;​​ 

y la verdad es que no todos los árboles pueden sostener el peso muerto de​​ un hombre​​ 

con suficiente aire entre los pies estirados y la tierra, con suficiente altura como para que el putrefacto olor pueda ser llevado tan lejos como para ser​​ un mensaje​​ 

para aquellos que olfatean el húmedo aire en busca de noticias.​​ 

 

Viejo como pueda verse, de escarpada corteza, dobladas ramas,​​ 

miembros inclinados, viejo como pueda verse ahí sentado junto al borde del canal, ese roble vivo comprende los simples rituales del colgamiento. Observa, ahí esta la muesca natural donde la cuerda se deslizará​​ 

y sostendrá, y aquí, en este ángulo, el húmedo aire​​ 

del río, que lleva el decaimiento por millas y millas.

A veces, un árbol fresco simplemente morirá tras que el orín​​ 

de un hombre moribundo se cuele hasta sus raíces. A veces un árbol empezará a pudrirse de culpa o algo así como una maldición.​​ 

Pero los árboles viejos, temperados por la flama del rayo veraniego,​​ 

y endurecidos a los raigones, saben que nada es ser un árbol,​​ 

mudo y sin corazón, si no es suficientemente fuerte​​ 

como para cargar a un hombre hasta que se vuelva aire.

 

 

 

TENZIN TSUNDUE

TRAICIÓN

Mi padre murió
defendiendo nuestra casa,
nuestra aldea, nuestro país.
Yo también quería pelear.
Pero somos budistas.
la gente dice que debemos ser
pacíficos y no violentos.
Así que perdono a nuestro enemigo.
Pero a veces siento
que traicioné a mi padre.

 

 

 

NII PARKES

HOMBRES COMO YO

Mi madre me advirtió sobre hombres como yo
Relajados y locos hombres con cabello trenzado como yo
Madre dijo ten cuidado de hombres como yo
Hombres oscuros tatuados y con cabello trenzado como yo
Pero mi padre era un hombre como yo
Así que parece parece parece
Que a mi madre le gustaban los hombres como yo
 

Mi madre me advirtió sobre hombres relajados como yo
Hombres de perezosa pose y ojos conmocionados
Que nada disfrutan más que una tarde en una esquina de la calle
Probando el mundo rebanada tras ácida rebanada
Hombres de barba áspera y rastas
Cuyas manos se ponen cómodas adentrándose en sus bolsillos
Hombres con mil maneras de hacer pausa
Y de pintar los días llanos en gradaciones de temor y azul
Que sueñan en muchos dialectos huelen a especias
Hombres cuya lengua se desliza fácilmente sobre los labios
Mi madre me dijo que me mantuviera alejado de los hombres como yo
Endurecidos bajo el sol con profundas pérdidas y tatuajes
Usurpando a Dios llamándonos creadores
Reescribiendo sus propias pieles

 
Mi madre me advirtió sobre hombres como yo
Relajados y locos hombres con cabello trenzado como yo
Madre dijo ten cuidado de hombres como yo
Hombres oscuros tatuados y con cabello trenzado como yo
Pero mi padre era un hombre como yo
Así que parece parece parece
Que a mi madre le gustaban los hombres como yo

 

 

 

JAAN KAPLINSKI

Temo a los que le temen al vacío 
Temo a Pascal pero no a la teoría de la probabilidad 
No le temo a las antigüedades romanas porque 
nacieron en el espacio euclidiano al igual que nosotros 
y mueren allá arriba en el espacio de Piranesi 
como bajo una enorme campana medieval 
donde hay suficiente espacio pero no hay nadie no hay gente no hay Dios 
solo decrépitos aparatos de tortura dormitando 
en la tenue luz de un tiempo que ha sobrevivido a sí mismo 
y al entrar en este lugar te encuentras una vez más con los días grises y sin fin
de tu infancia en la silenciosa ciudad bombardeada

 

 

 

DANEZ SMITH

A VECES DESEARÍA SENTIR LOS EFECTOS SECUNDARIOS

pero no hay prueba salvo la prueba

no hay marca, salvo las buenas noticias

 

de que aún no hay malas noticias. otra vez.

desearía conocer la náusea, su espeso grito

 

en la mañana, la embarazada prueba

de que en ti, la vida se hincha. sé

 

que no soy una madre, pero sé lo que es

amamantar una cosa que quieres matar

 

pero no puedes. aprendes a amarlo. sí.

amo mi dulce virus. es mi prueba

 

de vida, mi ángel tóxico, utopía desgastada

lo que hace que mi sangre sea mi sangre.

 

entiendo ahora a bella, cómo pudo

amar a la bestia. si miras los colmillos

 

por suficiente tiempo, incluso los colmillos color rosa

con tu propia sangre se vuelven suaves.

 

*

 

discreto, más tarde, se sentía como me hubiera

desecho de eso, para finalmente encontrarlo

 

de cerca, míralo en el espejo.

no se siente bien decir eso.

 

no se siente bien saber

que tu necesidad ha superado a tu miedo.

 

desafié un estúpido océano. a un hombre.

me hundí en sus estúpidas aguas.

 

tomé su estúpida sal & lo dejé

cocinar mi piel, tomé su estúpido

 

pez entre mis manos & lo mordí

como una ciruela abierta. besé

 

su estúpido coral & sus estúpidas algas.

fue estúpido. realmente tonto. no sabía nada

 

que sea fácil de conseguir & que se sienta bien

no quiere decir que no esté tratando de devorarte.

 

*

 

sabía lo que podía pasar. ninguna

serpiente fue necesaria. hice crecer la fruta yo mismo.

 

fue la vid & la lluvia & la luz.

la tierra era yo. las manos perforando

 

en la tierra eran mis manos.

yo hice la espada que me abatió.

 

pero solo supe cómo vivir

cuando supe cómo moriría.

 

quiero vivir. creo que lo digo en serio.

tomo la píldora incluso los días

 

en que creo que no voy a sobrevivirme a mí mismo.

inyecto mi cuerpo. me amo

 

al menos tanto así. gracias, yo.

gracias, pastilla, espuma de mar & suavidad.

 

gracias, sangre enferma, mi primer marido

muerto y brillante río de salmones.

 

 

 

LES MURRAY

BOTELLAS EN LA CIUDAD BOMBARDEADA

Le dieron una apoplejía a la ciudad. Sus recuerdos

están acordonados. Podrían colapsarse sobre ti.

 

Fugas de agua en los ladrillos del siglo de los Trabajadores.

y cada significado es borroso. No hay palabra en Roget

 

ahora contiguo a otra cuadra. Si la palabra es Manchester

podría ser también Australia, donde aquello significa sábanas y toallas.

 

Para darle una apoplejía a la ciudad, mezclaron un camión cargado

de aceite de beleño y ulmaria y la hicieron rústica.

 

Ahora Engels apoya a Max y la Unión Británica.

de hermosas cerámicas está siendo recogida con palas,

 

azulejos azul verdosos del Corn Exchange,

ladrillos de brillo ámbar del Royal Midlands Hotel.

 

Hielo que no se derrite por todas partes y moléculas sueltas.

Cuando llegó la apoplejía, cada botella guiñó a su vecina.

 

 

 

FRANÇOIS-XAVIER MAIGRE

La tormenta pasó

como un grito

un arder de nubes sobre el papel nocturno

 

Abandono el granero

que fue mi guarida

no lejos, una sombra

se reúne a toda prisa

la pizarra dispersa

las ramas derramándose en el patio

 

Y cuando mi cofre de timbales

golpea bajo el cielo

vuelven a mí estos campos

pasados lejos de mi madre

de veranos interminables

en la inmensidad de la infancia.

 

*

 

Muchos siglos después

el olor del final del asedio

liberado por el relámpago

no ha perdido nada de su amargura

ni de su juventud

todavía tengo doce años

en mi cuerpo cansado

 

Me voy por los vapores

y los tupidos bosques

apretando todo contra mí

este instinto de luz

que vaga en silencio

por los canales de mi memoria.

 

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