En el marco del dossier de nueva poesía peruana, preparado por Osman Alzawahiri, proponemos la lectura e algunos textos de Yemira Maguiña (Puno, 1990). Es Licenciada en Lengua, Literatura, Psicología y Filosofía de la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad Nacional del Altiplano de Puno. Egresada de la Maestría de Lingüística Andina y Educación de la misma universidad. Ha publicado un poemario titulado Arco Amoris (2015). Algunos versos suyos aparecieron en diversas revistas de Literatura. Actualmente cursa estudios doctorales en Educación.
LA MOSCA
El silencio de esta mañana a solas
un estornudo simple cambiando el rumbo de esa mosca
que vuelve siempre al rincón incómodo de la mesa.
Un enjambre de fotos elocuentes que no combinan con esta mañana
el zumbido de la mosca en la oreja rota de la vida aplastada por batallas malgastadas
y vuelve a zumbar de hambre y de miedo
que la mosca es siempre mosca malhecha para las moscas de verdad.
Y qué si esta mesa cobija a la mosca y a sus patas sucias y a sus ojos y a su zumbido
y qué si esta mañana se empolva de melancolía tardía
y qué si también zumbo de hambre y de miedo
qué importa otro mosco gigante acurrucado a la mesa
acurrucado asustado llorándole a una foto antigua.
VIAJE RESIGNADO
Y apacigüé momentos desgraciados de la infancia
en una empolvada botellita de sillao
esos sabores amargos se mezclaron con aquel color que lo empapa todo
y me alejé
para siempre
de la ciudad desconsuelo
y bajé los últimos pasos del recuerdo monstruoso
masticando libido depresivo
y dejé los diarios adolescentes para que envejezcan junto a los peluches, los libros, las vidas, los cielos de aquella ciudad desconsuelo.
no volteé jamás después de pasar por el último cementerio donde estaba ella y ella y él
viajé muchos años angustiosos
¿podré volver la mirada ahora?
es tonto discutir ya mi valía temporal
soy un recuerdo marchito sin amistades ni lágrimas
la ciudad desconsuelo es solo eso, desconsuelo.
NEGACIÓN
La indiferencia del tiempo en mis manos me ha cegado
el puño brutal de los días como laboratorista aniquilaron algunos de mis momentos de lucidez
quizá la vida se me muere cada vez que digo que no
y sin embargo me niego al grupo
al yo
al festín de medio año
a los prados
me niego a la compasión del otro
me niego a la madre abnegada
a las noches de cine y popcorn
una y otra vez , me niego.
HERENCIA
Prolongaciones espectrales arrancan mis gafas desgastadas
con la intención de acercarme a la profundidad de los ojos asesinos de mi padre
yo no soy él, el errante
yo no soy la culpa de su camino sin retorno, ni de sus historias eróticas acabadas en sucios bares
Solo porque tengo su cara, su gesto violento, su pulcritud, su ironía viva
me llaman el no querido
a nadie le interesa que no soy el que ven de mi pasado
esta agonía permanente en la puerta grande me asfixia
aprovecho cada sombra para sentirme nada
y a pesar de todo esfuerzo sigo siendo el negado, el maldito, el elegido, el heredero.
SUSURRO DE UNA NIÑA QUE FUE MADRE AYER
Vivo triste a pesar de la vida.
Triste a pesar del amor.
Triste porque los azules eran rojos y nadie me lo dijo hasta que reclamé una tarde.
Vivo nostálgica a pesar de las realizaciones,
nostálgica a pesar de los sueños nuevos.
Nostálgica,
arrinconada entre deseos infantiles y románticos que jamás se cumplirán.
Una carta que nunca se escribe,
una canción que nadie escucha,
un amor tibio que tiene miedo de mi
y que, mientras estoy, no abre ninguna ventana
para que me acaricie la luz.
Me siento horrible, a pesar de la belleza de mi cuerpo,
horrible a pesar de mi juventud que apenas crece.
Horrible porque soy, con las curvas de mi talle, solo deseo.
Deseo mórbido y bajo,
¡y qué significa que nada pueda rebasar esto que soy!
Al menos un día sin tocarme, al menos una hora sin el instinto de posesión.
¡Unos segundos
un segundo pido!
Acabada la noche,
imagino la felicidad afligida a la que llegaré.
Porque a pesar del perdón un momento del día muere en mi recuerdo,
y me hiere y me abre, y me deja sangrante.
NOCHE INTRANSIGENTE
Cuánto tiempo he de contemplarla así
arrancándome el corazón si arrepentimientos
asegurándome con sus ojos dormidos que el tiempo no me alcanza ya
quisiera que no durmiera ahora
para escucharla una vez más para siempre
Me resigné en un momento
a su cualidad efímera
pero no la quiero lejos de mis amuletos
qué egoísta suena esto
qué intransigente
manitas inocentes que a veces castigo para no echarte a perder
qué necesario tu aliento cuando la noche se me acerca
cuando suena la última sonata
cuando se me arrastra la vida por los pies y no puedo prender la luz para no incomodarte.
REFLEXIÓN DEL PUBERTO
La congoja de breves años mal vividos pesa
el silencio, cuchillo en mano, termina el homicidio con brutalidad
y nos sentimos desnudos ante el cercano abismo .
Mañana o más tarde cenaremos todos callándonos la boca
callándonos los brazos
atándonos las lenguas con comida y más comida
vaciándonos los ojos
quebrándonos siluetas y miradas
rabia
rabiamos la vida masticando
una bola de podredumbre que azota la llaga una vez más
para que sigamos riendo los labios desde la ventana
y un puñal en la espalda nos recuerde la verdad.
TRA IL CIGARETTE E LA MIE PELLE
Y el sol de hoy se asemeja a las canciones depresivas
que nos llevaron a desnudarnos distraídos
entre el humo del cigarro y la ilusión de la inmortalidad.
Somos un desorden admitido para ser libres,
para mirarnos cualquier otra mañana en una juguería,
para reírnos de nuestros cursis episodios sin nosotros con otros.
Y ahí estamos,
cuando termina la rutina del trabajo sudoroso
al que nos acomodamos desde hace años
para pagar las cuentas, porque crece la familia.
Una vez estuve enamorado, dijiste,
acariciando con ternura mis veintitantos años.
Hace mucho que burlamos las convenciones morales
que nos amputan la paz.
Y nos reímos, ahí, entre el humo, por tanta libertad desparramada,
por tanto que no se había gritado hasta entonces en ningún otro lecho ajeno.
No nos sentimos dueños ni esclavos en el destello del placer,
nos lanzamos al vacío o al todo del universo
y nada nos prohíbe mofarnos de esa caída inevitable.
OSTINAZIONE
La necesidad extrema de fraguar tus manos hacia mí
sentir tu delicioso delirio buscando mi cuello
imaginarte con los ojos cerrados debatiendo en tus sesos
si todo esto tendrá una repercusión fatal
te maldices conmigo en tu empolvada austeridad,
porque le das oportunidad al amor cada vez que puedes
con la esperanza de ser ese feliz loco enamorado
pero sigues en mis agitaciones, apretado a mis pechos
y a mi voz, que te invade siempre
y yo me regocijo en cada segundo,
me apresuro a poseer tu latido,
acomodarlo al mío para que olvides tu lasitud
no te amo, es cierto, no sé amar, pero te pretendo cerca,
sin piel, asegurando un final enloquecido ansioso burbujeante.