Yulieth Mora Garzón (Bogotá, 1992) es Comunicadora social y periodista. Autora de la novela Movimientos involuntarios (Animal Extinto, 2023), de los poemarios Una mujer sobre otra (Isla de libros, 2023), Para acabar con los días bruscos (Hoja en Blanco, 2022) y el libro de cuentos La Mara (Universidad Central, 2020). Es Premio de Poesía en la Categoría: Desde la experiencia del Festival de Poesía Reverso Bogotá (2024), Premio Nacional de Cuento La Cueva en Colombia (2022), Premio Distrital de Cuento Ciudad de Bogotá (2018). En 2022 resultó ganadora de la Beca de Residencia en Can Serrat-International Art Residency, El Bruc/Barcelona, España y ese mismo año obtuvo la Residencia de Escritura Casa Octavia-Dharma Books, El Paso, Texas, Estados Unidos. Actualmente, vive en Bogotá.
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Nota de voz
Madre,
hace un mes
tiré las pastillas al inodoro
no sé si voy a volver
no es esa la pregunta que quiero hacerme
por favor no la hagas
como el nadador de Gattaca
no guardo fuerzas
en ninguna brazada
solo me despego de la orilla
sí
tengo miedo
por suerte he vuelto a sentir
ya hundí mi cabeza
en la alberca helada
de la abuela
no en el fondo
aún no lo toco
pero allá en alguna parte
encontré esta palabra
literatura
desde entonces
no puedo volver a dormir
como un gesto de Dios
el mundo
se ha revelado ante mí
esta es mi insolencia
y espero que algún día me perdones.
Toda la noche
Cuando estábamos down
cualquier esquina podrida
era un
toda la noche
el silencio
de una película
muy
muy triste
no había rincón
para ninguno
ni en esta
ni en otra ciudad
juntos
lo vimos
un hombre
encajado en dos muletas
arrastraba su única pierna
agarraba una cadena con toda la mano
los gritos del hombre
su nombreanimal
desgarraron tiernas suturas
fuimos
su cara empapada
su aliento ebrio
su dolor infernal
en otro momento
habríamos atrapado a la fiera
pero toda la noche
tuvimos miedo
algo de nosotros
también se había escapado
y no queríamos encontrarlo.
Los pecados del nuevo milenio
Los cometí yo
son míos, mi señor
cuando vinieron las tías
me senté con las piernas abiertas
y para que me dijeran:
marimacho
por algo
le reventé la cara a mi primo con un bate
después no dijeron nada
también quemé tres faldas con la plancha
tiré las medias de encajito
me remangué los puños de la camisa
tenía mis costumbres
jugar fútbol con los niños
darles besos a las compañeras
soñar con la maestra
caminar a casa
con las manos en los bolsillos
podría decir que fue él
el otro que me habita
pero fui yo, señor
y cuando entendí
el pecado de ser yo
opté por el silencio
no sabía que cosas tan pequeñas
pudieran dañar tanto a una madre
si en la calle me tiraban piedras
las recogía
las molía con agua sal
y me tragaba ese cemento
¡ese alimento que es tu paz!
esto macho en mí
mi voz
es quien escribe los poemas
no he podido ser nunca
lo que quiero
no doy frutos, mi señor
dos personas en una
solo dos
lo tuyo es la santísima trinidad
y nadie se queja.
***
María Alejandra Buelbas Badrán