Un poema de Antonio Cisneros

Presentamos el poema “Domingo en Santa Cristina de Budapest y frutería al lado” del poeta peruano Antonio Cisneros (1942-2012), perteneciente a El libro de Dios y de los húngaros, 1978. Recibió en México el el premio Poetas del Mundo Latino “Víctor Sandoval”. Según Marco Antonio Campos, la poesía de Cisneros se caracteriza por ser “Poesía sencilla en su lenguaje, pero donde el autor, con un hábil tejido de ritmos, empleando ante todo el verso largo y el versículo, e introduciendo un “yo oblicuo” (la cuña es de Julio Ortega), hace que al lector no le sea fácil a menudo desbrozar la maraña de los contenidos, pero si el lector lo logra, queda admirado o fascinado”.

 

 

 

 

 

 

Domingo en Santa Cristina de Budapest y frutería al lado

 

Llueve entre los duraznos y las peras,

las cáscaras brillantes bajo el río

como cascos romanos en sus jabas.

Llueve entre el ronquido de todas las resacas

y las grúas de hierro. El sacerdote

lleva el verde de Adviento y un micrófono.

Ignoro su lenguaje como ignoro

el siglo en que fundaron este templo.

Pero sé que el Señor está en su boca:

para mí las vihuelas, el más gordo becerro,

la túnica más rica, las sandalias,

porque estuve perdido

más que un grano de arena en Punta Negra,

más que el agua de lluvia entre las aguas

del Danubio revuelto.

Porque fui muerto y soy resucitado.

 

Llueve entre los duraznos y las peras,

frutas de estación cuyos nombres ignoro, pero sé

de su gusto y su aroma, su color

que cambia con los tiempos.

Ignoro las costumbres y el rostro del frutero

–su nombre es un cartel–

pero sé que estas fiestas y la cebada res

lo esperan al final del laberinto

como a todas las aves

cansadas de remar contra los vientos.

Porque fui muerto y soy resucitado,

loado sea el nombre del Señor,

sea el nombre que sea bajo esta lluvia buena.

 

 

 

 

 

 

 

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