En el marco del Dossier de Poesía Finimilenar, preparado por Roberto Amézquita, presentamos poemas y homenaje de Arnulfo Valdez Oleta (Escuinapa, Sinaloa, 1990). Poeta y estudiante del noveno semestre de Letras Hispánicas en la Universidad de Guadalajara. Recientemente publicó su primer poemario Chicken Noodle Soup (Montea, 2015) y participa en la antología de poetas sinaloenses Poetas del sur (2015).
El chillido de una cococha
es el silencio de Escuinapa
en esta copa de luna.
Será quizá el corazón que palpita en su plazuela
un palpitar continuo
un feroz contrapunto de pulso y luz atenuada
que hace marcar la hora al reloj del ayuntamiento
los niños en sus triciclos
las conversaciones ajenas
el pecado de una pareja bajo el pilar de una iglesia
y esa cococha que sumida en la palmera da cuerda
a las campanadas que hacen temblar a la cruz
clavada en la cúpula.
Mas cae, cae, el aguacero…
César Vallejo
Sabes cómo tanto frio
Me acalambró las manos hoy lunes dieciséis
de marzo
sabes tanto frío han aprehendido
que laten laten y el aguacero te tiene sorda
sí sí me escuchas
has dejado las tuyas en casa
quise arrastrarlas hasta allí
pero la lluvia me volvía niño
y también sé que tus manos ya no abrirían la puerta
ni su ventanita
porque adentro de tu casa quizás
tomabas la escoba, una hoja, acariciabas tu gatita
sí sí lo que digan ellas
ocupadas ajá
pero heladas también como las mías
Aquella mañana como todas las mañanas
Nada extraño en las noticias locales
Anunciaron la muerte de un perro
El dueño le soltó la correa dicen
El perro se zafó el gaznate dicen
Que se enredó solo sabe
Las manos del dueño quemadas cuentan
Se acabó el ladrido
El fiel el buen amigo
Aquella mañana
De aullidos y aullidos
Y no hay perro quien le llore al que murió
Porque ya murieron todos
Y no existe paraíso mejor para un perro
Que la mano de un nuevo dueño
En la mañana como todas las mañanas
Nada extraño viendo las noticias locales
Podría ser que la furia de la espuma nos incruste el rostro desfigurado
que la incertidumbre de la burbuja nos lleve al paraíso por el sendero más lento
el rio se muera de cabeza el cielo y un temblor sacuda el sudor que nos pesa
un hielo en tu frente se derrita y queme las arrugas del camino
¿qué es lo peor que podría pasar?
puede ser que la noche nos desnude frente a la luz que incendia nuestro ecosistema
la lengua nunca cumpla su meta ante el paladar impalpable
y su seto inmaculado
o quizás
que un trabalenguas se enrede en tu nombre que es puramente innombrable
por ejemplo:
Habitamos en una piedra enorme.
Por lo tanto: hay muchas piedras
salvo algo de arena
que logra preñarse junto con el viento.
Porque todos sabemos que las piedras no ruedan
sólo gozan de instante eterno
y la lengua que los mantiene en pulso
lengua con amplio kilometraje
[que cumple el otro lado del horizonte.Todo para justificar intentar cubrir su mediocridad cíclica.
Piedra tras piedra que hay dentro de la piedra que sólo es más piedra
Y yo mira, chi-tón
Dice mi tía.
Cuando vestía de Bienvenido Granda
Recordarás
Cuando con tus ojos cerrados
Ponía sobre mis labios ese bigote
Y cantábamos
Y pensar que llegar a quererte
es creer que la muerte se pudiera evitar
Total
Cantaba y cantaba
jugábamos a que nos muríamos el uno con el otro
Lentas loas nos leíamos sonsa
recordarás
y todas las manos las teníamos
así como el cuerpo el músculo
ocupadas
Homenaje
«Habla de tu rancho y hablarás del mundo» —dicen por allí—. Y muy pocos son los que lo logran, como César Vallejo con su Santiago de Chuco en el Perú. Sin embargo, allá en Culiacán en plena época porfirista, dentro del caudal del Humaya y el fogón del viento, paseaba Jesús G. Andrade. Poeta sinaloense del romanticismo, que logró sobresalir en las letras dada la escasa producción poética de buena calidad, que hasta la fecha se da en el norte del país. Bohemio de verdad, retrató algunos paisajes de su natal Culiacán en su poesía, dándole un tono sentimental y sincero a cada pincelada métrica. Desafortunadamente, fue opacado por Amado Nervo ya que éste residía en Mazatlán, cuando el movimiento Modernista se venía con todo para crear un nuevo panorama de sensibilidad no solo en México, sino en todo el mundo.
Ir a la entrada anterior del dossier SIGUIENTE
Datos Vitales
Arnulfo Valdez Oleta (Escuinapa, Sinaloa, 1990). Actualmente estudia el noveno semestre en Letras Hispánicas en la Universidad de Guadalajara. Columnista sobre cine mexicano en el portal de Revista Clarimonda. Forma parte del consejo editorial de Revista Himen y Revista Homúnculo. Becado por la Fundación para las Letras Mexicanas. (2013) Colaboró en Marca Frontera de San Diego Poetry Annual (2014-2015). Publicó su primer poemario Chicken Noodle Soup en editorial Montea (2015) y participa en la antología de poetas sinaloenses Poetas del sur (2015).