Carolyn Forché: Denise Levertov Award 2018

Carolyn Forché ha sido merecedora del prestigioso Denise Levertov Award 2018, este premio es entragado anualmente a un artista, músico o escritor que su obra esté ligada a los conceptos de la esperanza, creencia o fe. El acto de recepción, como el recital de poesía, serán el 5 de octubre del presente año en Seattle, Washington. Carolyn Forche es una de las poetas con mayor importancia en Estados Unidos. Su obra ha obtenido diversos premios y reconocimientos. En el año 2015, publicó en México El país entre nosotros, con Círculo de Poesía y Valparaíso México, en traducción de Andrea Rivas, del cual presentamos un poema.

 

 

 

 

El coronel

 

Lo que han escuchado es cierto. Yo estaba en su casa. Su esposa llevaba una charola de café y azúcar. Su hija se arreglaba las uñas, su hijo salió esa noche. Había periódicos, perros, una pistola en la almohada a su lado. La luna se descubrió en su cable negro sobre la casa. En la televisión había un show policiaco. Estaba en inglés. Botellas rotas estaban incrustadas en las paredes alrededor de la casa para sacar las rótulas de la pierna de un hombre o cortar sus manos de tajo. En las ventanas había rejillas como aquellas de las licorerías. Teníamos cena, costillas de cordero, buen vino, había una campana dorada en la mesa para llamar a la sirvienta. La sirvienta trajo mangos verdes, sal, un tipo de pan. Me preguntaron si disfrutaba el país. Hubo un corto comercial en español. Su esposa se llevó todo. Había alguna charla sobre cuán difícil se ha vuelto gobernar. El loro dijo hola en la terraza. El coronel le dijo que se callara y se alejó de la mesa. Mi amiga me dijo con los ojos: no digas nada. El coronel volvió con la bolsa que se usa para llevar las provisiones a casa. Regó muchas orejas de humano sobre la mesa. Eran como mitades secas de durazno. No hay otro modo de decir esto. Tomó una de ellas en sus manos, la agitó frente a nuestras caras, la soltó en un vaso con agua, donde volvió a la vida. Estoy harto de pendejadas. Y por los derechos de quien sea, dile a tu gente que puede irse al carajo. Barrió las orejas hacia el suelo con el brazo y sostuvo el último trago de vino en el aire. Algo para tu poesía, ¿no?, dijo. Algunas de las orejas en el suelo captaron los despojos de su voz. Algunas de las orejas en el suelo fueron pisoteadas contra la tierra.

 

Mayo 1978

 

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