Proponemos, ante la creciente ola de violencia contra las mujeres, la lectura de un texto de la poeta afroamericana Jayne Cortez (1936-2012). Su poesía está vinculada al jazz, al blues y a la protesta social. Como poeta política, según lo consigna Paul Hoover en Postmodern American Poetry, ha sido comparada con Ernesto Cardenal. Fue editora y animó la escena del spoken word. Su trabajo se encuentra en la antología On the Imperial Highway: New and Selected Poems. Hanging Loose Press. 2008.
Violación
Inez García, Joanne Litte (dos víctimas en la década de los setenta)
Qué se suponía que Inez le hiciera
al hombre que le declaró la guerra a su cuerpo,
al hombre que cavó una zona de combate entre sus pechos.
Se supone que debía lamer las ladillas de su culo peludo,
besar cada grano de su trasero,
soplar un cálido hálito en su dedo gordo,
dibujar nuevamente las esquinas de su vagina y
rebuznar como un burro de California “Yi-Jau”?
Durante el tiempo de guerra para Inez
permanecieron frente al cuchillo
los insultos y
su propio olor secándose en el pene del
hombre que la violó.
Permaneció con un rifle en su mano
haciendo lo que un departamento de defensa haría en tiempos de guerra
y cuando el hombre empezó a gruñir y a jadear y a retorcerse
como un cerdo gigante
ella le disparó directamente a sus trescientas libras de carne
sacudiéndose mandándola volando directo hacia la Virgen de Guadalupe,
entonces celebraron el día de la muerte del maldito violador
Y qué carajos más se supone que debería hacer?
Y qué se suponía que Joanne debía hacer al
hombre que declaró la guerra a su vida,
Se supone que debía sacarle la lengua a sus labios
incrustados de heces, succionar los números de su insignia de hojalata,
ahogarse con sus ridículas bolas
exprimir su nudo de gusanos podridos y
cantar: Dios bendiga a América gracias por joderme la vida?
En este tiempo de guerra para Joanne
hizo lo que un departamento de defensa haría en tiempos de guerra
y cuando el bebedor de meados, oledor de mierda dijo:
Te haré desear estar muerta, perra negra ven aquí
Joanne clavó un picahielos en
el pecho del puto miembro del equipo swat
sí, en el obeso cuello de ese policía racista
Joanne hizo la danza de los picahielos y una vez más de costa a costa
de casa en casa
nosotros celebramos el día de la muerte del maldito violador
Y qué carajos más se suponía que hiciéramos?