Leemos algunos textos de la poeta española Ana Gorría (Barcelona, 1979). Ha publicado libros como Clepsidra (2004), Araña (2005) y los cuadernillos De lo real y su contrario (2007), Latidos (2011), La soledad de las formas (2013), Nostalgia de la acción (2016), etc. También traduce y escribe crítica literaria. La selección es de Javier Vicedo.
Con su aleteo haciéndose a sí misma
Ángel Crespo
El rayo que acaricia las paredes. La mañana
que inicia su lenta melodía de compás
sin estruendo.
El calor que amanece sobre la piel dormida.
La garra, la gangrena.
La cálida eclosión de los contornos,
esa explosión sin límites,
hacia un pozo desnudo y sin salida.
Cristales
Oscurece. El cielo está temblando
en sus añicos como una barca rota.
Carne y silencio. La roca en el pantano.
La mano que se aleja.
Temblando, las estrellas acarician el suelo
con su lengua de sábana o asfi xia.
La fi ebre es el incendio que naufraga
debajo de las puertas.
Planet Circle
Richard Long
Ante los ojos, la casa y su silencio
de esfera clausurada. La gravedad
del muro, el péndulo
cansado.
A veces, la hendidura,
la cicatriz de un cuerpo que sostiene
su propia intrascendencia.
El sonido que nunca rasga el cuarto.
La cuenca o la hemorragia en la que orbita
el lejano temblor de las ciudades.
Escombrada
Es la cornisa rota y el mundo que se cae.
Igual que el sueño, vuelve
la tarde a ser carne apagada,
cáncer en las paredes de la luz.
Oscuridad que tiembla en un alambre.
El barro
Casi sucia la nieve, va
ungiendo de alquitrán
el regazo del sueño.
Le da forma la voz,
que arrastra los escombros,
lenta y torpe,
como el cauce que arrastra su inquietud
apenas cristalino.
La polución, la ruina
en el regazo
iluminado apenas.