Quisimos arrancar la máscara. Poesía portuguesa actual

Leemos un generoso adelanto del libro Quisimos arrancar la máscara. Poesía portuguesa actual que aparecerá como libro impreso en la Colección El Oro de los Tigres, volumen X, que edita la Biblioteca Universitaria de la Capilla Alfonsina de la Universidad Autónoma de Nuevo León. El libro ha sido preparado y traducido por Nuno Júdice y Marco Antonio Campos. Contará además con un epílogo de José Javier Villarreal. Leemos poemas de Rosa Oliveira, José Gardeazábal, Pedro Mexia, Rita Taborda Duarte, Miguel Manso, Raquel Nobre Guerra, Ricardo Marques yTatiana Faia. 

 

 

LA CERTEZA EN LAS DIFERENCIAS

Nunca es fácil justificar la elección que uno hace para una antología de poesía. Si ella quiere ser global, la selección de los autores que se escogen a lo largo de un periodo que entra en el ámbito de la historia literaria, en que el canon está más o menos definido, será siempre más o menos consensuada; si está circunscrita a una época reciente o a un número de años restringido, podrá argüirse que está hecha a partir de un movimiento o de una estética común a los poetas antologados. Sin embargo, cuando nos adentramos en un periodo contemporáneo, y el cual corresponde lato sensu a estas primeras décadas del nuevo siglo, podemos decir que aún no existe la distancia suficiente para permitirnos encontrar una  objetividad, por relativa que sea, para fundamentar las opciones que se tomaron.

Este primer párrafo es útil para resaltar que la antología que se presenta aquí corresponde a una adhesión subjetiva a algunas poéticas y a algunos poetas, que me parecen representativos de una segunda década del siglo XXI. Nuestras transiciones de siglos, vaya a saberse por qué, siempre se caracterizaran en la poesía portuguesa por un cierto vacío o ausencia de nombres capaces de afirmarse, como se vio al menos en el paso del siglo XVIII al siglo XIX , en el cual, sólo en la segunda década surgieron nuestros grandes románticos, Almeida Garret y Alexandre Herculano, tal como en el paso del siglo XIX al siglo XX, sólo a partir de 1914 comenzaron a destacarse los nombres de nuestro Modernismo: Fernando Pessoa, Mário de Sá-Carneiro y Almada-Negreiros.

Tal vez necesitamos esperar una década más para tener la percepción de las tendencias actuales. Pero ya es posible ahora destacar algunos poetas, como los que aquí se presentan, con selecciones hechas por ellos mismos de sus poemas, que revelan una pluralidad de caminos y de lenguajes. Habrá sido fruto de la casualidad, pero al ver aquí publicados cuatro hombres (José Gardeazabal, Pedro Mexia, Miguel Manso y Ricardo Marques) y cuatro mujeres (Rosa Oliveira, Rita Taborda Duarte, Raquel Nobre Guerra y Tatiana Faia), me doy cuenta que esta igualdad de género no resulta de ninguna imposición de lo políticamente correcto, sino revela sin duda la importancia que la poesía escrita por mujeres ganó en las últimas décadas, en un sentido  enteramente opuesto al que se ve en grande parte del siglo XX, de 1926 hasta 1974 pasado bajo una dictadura que, cuando no impidió, reprimió la expresión femenina, llevando al extremo que, por ejemplo, una gran prosista de las décadas de los treinta y cuarenta, Irene Lisboa, tuviera que firmar sus poemas con el nombre masculino de Joao Falco.

Estamos ahora en una fase muy diferente. Han pasado en Portugal casi cincuenta años de vida democrática. Escribir poesía ya no es un privilegio masculino y, sobre todo, algunas de las grandes voces de la poesía actual son precisamente voces femeninas. Ya referí la subjetividad que estuvo en la base de los invitados para integrar esta pequeña muestra, que a mi juicio es muy significativa de las características dominantes en esta segunda década: un regreso del lenguaje poético como valor en sí mismo, integrado en un universo pluri-artístico en que otras artes, de la pintura al cine, del teatro a la propia narrativa, están presentes positivamente  en la creación poética. Ya no estamos en un mundo circunscrito a un lirismo personal, confesional, sino en un modo de expresión que refleja también una vivencia cosmopolita, tanto en el plano de la abolición de fronteras como en la presencia  que la poesía del mundo puede tener, más  que los modelos portugueses del pasado, en particular Fernando Pessoa, que ya no surge como ese fantasma omnipresente para influenciar o para limitar la escritura de quien, en el pasado, se vio obligado a confrontarse con su grandeza.

Los poetas que se van a leer serán, por tanto, un descubrimiento siempre sorprendente en sus propuestas tan personales y tan arriesgadas en el dibujo de ese mapa que es la poesía portuguesa de este siglo. No es una visión limitada ni circunscrita a una forma común a lo que se podría designar como generación, sino más bien la indicación de que nos encontramos ante lo que puede llamarse un riesgo en el doble sentido de la aventura, por un lado, y del trazado de ese camino en cada poeta, y que conduce su escritura a la búsqueda de nuevos espacios para la poesía portuguesa.

 

Nuno Júdice

 

 

 

 

 

ROSA OLIVEIRA
(1957)

 

 

ARCILLA

 
pasan personas
se cruzan en el tablero
miran las cebras al viento
circulan

 
yo sentada en la piedra verde
el verano agarrado a mis espaldas
como si yo existiera aquí
el invierno acecha
ronda
este año es siempre invierno
desciende ahora por dentro de mí dentro
entra por los ojos

 
en las fosas nasales reposan los sitios
de mi poeta
(como suele decirse)
el verano inclinóse en el sur
me partió por en medio
me dobló para siempre
ahora soy un papiro que cruje

 
aquí sentada en la piedra verde
esperando que la piedra cenicienta se abata
voy con la muerte de la mano
el agua acaricia mis pies ya ahogados
los pies inspiran las últimas bocanadas
se estremecen como peces fuera del agua
les digo adiós y parto
allí ofrezco mis pies
ahogados en la playa de la Consolación

 
una pequeña con red color de rosa
busca invisibles peces

 

 

 

 

 

 

DICTÁMENES DE POESÍA

 

1

 
no vale la pena implorar
o llorar
sobre cajitas despedazadas
de metáforas

 
ya acorté también la métrica
es menos doloroso
y puede ser que el sentido no huya

 
yo nunca huí
estuve siempre aquí
viendo pasar los ciervos
desentrañando rosarios de enigmas
preparándome siete días por semana
para mear en el tapete de entrada de los vecinos

 

 

 

II

 
probablemente
es necesario lanzar
el dardo venenoso

 
es necesario desentrañar teorías
embadurnar la cara de certezas
por más mezquinas que sean las convicciones

 
es necesario agitar el cabello
aun cuando no haya viento

 

 

 

 

 

 

JOSÉ GARDEAZABAL
(1966)

 

 

A NOSOTROS PESSOA NOS AYUDA…

 
a nosotros pessoa nos ayuda
nos da distancia      consistencia
sofistica el vino
ennoblece las tabaquerías
santifica la astrología
nos sosiega con la calma administrativa de los heterónimos
si él no fuese él
nosotros no seríamos nosotros
o seríamos sólo marineros
ciegos
que rescatan epopeyas
a mano

 

 

 

 

LAS GUERRAS…

 

las guerras         las huelgas de hambre     acaban a causa del apetito
alguien muere en la línea del frente
la circulación es retomada en los puentes
caen pájaros impresionantes
haz tú
con la ayuda de las máquinas pequeñitas
tengo miedo de que me agarren para un curso digital
no es normal
conduzco sólo con una mano
una mano en el volante      con una sola pierna
esto es tan rápido   tan rápido
estamos aquí estamos demócratas
prefiero conducir un carro grande
yo sé que el rojo es popular
yo sé que el rojo es para parar
y el sol
hay tantos carros     tanta gente
sobrepoblación de fin de semana
tendríamos más hijos y nos quedaríamos más tiempo en la cama
la natalidad es una santa
haz todo en silencio
en sigilo    como nuestros abuelos
egregios
me gusta tanto la autopista
está tan cerca de la cocina
¿qué sería de la democracia sin los suburbios?
esto es nuevo
esto es tan bonito
no me gusta nada de esto

 

 

 

 

 

 

PEDRO MEXIA
(1972)

 

 

ELLA SE QUEDÓ

 
Yo no esperaba que Kim
Novak cubriera con su
abrigo o cobertor no sé
de seguro el cuerpo de Frank

 
Sinatra temblando, como si fuera
su hijo, toda la desfachatez
de él desecha en un gran frío,
convulsiones, las venas ávidas.

 
Preminger no era ningún
romántico, quería
la novedad de la crudeza más
que la reiteración de la piedad.

 
Pietà ¿en la Novak? Ni
Hitchcock se acordaría,
como a nadie se le ocurre
poner un hombre tal

 
como Frank en el suelo como
los niños, ella no sabía
que noche o tornado,
los brazos y piernas inútiles,

 
a martillazos, poco importa,
era el hombre de ella, le lanzó
las ropas encima, se anidó
con él en la tierra,

 
¿qué tienes tú?, ya pasó,
estoy aquí, ninguna fuerza,
aun las que no conozco,
es mayor que la mía si

 
la quisieres, o si no me la
pides, lo que te hace mal
yo lo hago bien, estaba así Kim
Novak arriba de él

 
y yo a la espera que
se fuese, ”ella se va
ahora”, pero ella se quedó.

 

 

 

 

 

 

YEATS COMPRA UNA CAMA

 
A ella le gustó la pieza teatral de él, a él le gustó el vestido de ella.
Se encontraron en estaciones, galerías, la belleza oscura y quieta
de ella, la turbulencia inocente de él, las facciones griegas simétricas
de ella, la obsesión de él por otra, el altruismo de ella.

 
Yeats comprendió que hombres sedientos dejan medio vacía
la copa que les ofrecen, la mujer imposible más agua
de lo que este amor líquido, Olivia, a quien no dio lo que debía.
Entre ellos, escribió, hubo tristezas, no diferencias.

 
Y recordó el invierno de ‘96 cuando fueron a amueblar el departamento
de él con baratijas desechables, el embarazo de ambos
cuando en Tottenham Court Road ella lo ayudó a escoger
una cama, la segunda que ella tuvo, la primera de él.

 

 

 

 

 

 

RITA TABORDA DUARTE
(1973)

 

 

VUELOS (la piedra y el pájaro)

 
El poeta maldito se entretiene a disparar
pájaros a las piedras.
Nicanor Parra

 

 
Nunca caí en pleno vuelo
tal vez porque nunca he logrado volar

 
Pero conocí piedras que   aficionadas a la mano
y con el impulso cierto
subían más alto   aún que muchos pájaros
Tal vez se cansaran más de prisa: no hay modo
alguno para una piedra de quedar tanto tiempo
alejada del suelo: una piedra es una piedra,
siempre piedra –no es bicho
para anidarse en los ramos de la morera para parir un nido

 
Aparte de eso
siempre preferí  piedras a pájaros

 
Además   si un día disparamos un pájaro a una piedra
ella no nos ve caer a los pies hecha un andrajo
de pico y plumas   sangrando
de un minúsculo corazón.

 

 

 

 

PIEDRAS Y ÁRBOLES

 
Piedras y árboles son seres de la lentitud

 
Pero si te esforzaras
y te estuvieras quieto   con ojos apuntalados en el suelo
si esperaras en silencio como si el tiempo
fuera un animal    más lento todavía
de lo que un árbol o una piedra   puede ser

 
puede ser que por una curiosidad mansa
te vengan a comer la mano   las piedras o los árboles
como un perro   o una paloma   intrépida

 
En el campo   en los caminos bordeados de árboles de piedras
no hay silencio nunca: el crujir provocador del viento
los conejos en una prisa de madriguera en madriguera
las alas del colibrí como un enjambre de moscardas
el martillar continuo del pájaro carpintero para imitar un tosco corazón
fuera de los troncos y el    sol
porfiando con estruendo en las sombras del follaje

 
todo es ruido para ahogar el ritmo íntimo y débil
atiendo negro   casi apagándose
por dentro de una piedra o de
un árbol;
pero es ese compás silente
(telaraña de vida)
que me embala

 
cuando cansada,
reposo la cabeza en una piedra
y me pongo a morir
un poco

 

 

 

 

 

MIGUEL MANSO
(1979)

 

 

EN LA  MUERTE DE LA ABUELA

 

No bastara la humillación pública de morir
se espera del cuerpo que cumpla con indiscutible
pompa el intolerable protocolo de ausentarse

 
la dolida y nocturna asamblea del velorio
la presencia inconveniente de los agentes funerarios
los adornos luctuosos el obsceno maquillaje

 
del día siguiente, el arrullo de las oraciones, la concisa
ceremonia (no hay mucho que decir, seamos honestos
y suena hasta como insulto que se pregone el nombre de

 
Lázaro) el ataúd cerrado, el día se pone bonito
-y casi tan inmoral como alguien que haya traído una
corbata con motivos chistosos, la camisa floreada-

 
en casa, parece que las voces hacen eco como en la sala
a la que hubieran sustraído los muebles y vibrara por eso
el hueco de una extensión desprovista, disímil

 
el abuelo va a buscar las memorias de infancia (¿por qué
complicada razón omite él los recuerdos de casado?) hay
en su voz alguna cosa de paciente melancolía

 
como si aceptara, con callada sumisión, que el
tiempo no se detenga y los años nos empujen hacia
un hoyo, nos repriman con tan incivil desdén

 
lo súbito de la muerte, la presteza del tiempo, la estupidez
de la vida que no va a hallar cura ni razón para sí misma
contra todo yo alardeo el poema, adelanto la derrota

 

 

 

 

 

 

NUEVA YORK (CHELSEA HOTEL)

(con la voz de Dylan Thomas)

 
Tráiganme un poco de ese mar helado
por un noviembre noctámbulo y extranjero, un poco
de nieve y niebla
id a buscar
aquello que en la noche estalla aúlla vocifera
quiero la suma de las pequeñas luces
los derruidos corazones azotados por el viento
y dispersos en el hollín de Manhattan
id
yo pago

 

 

 

 

 

 

 

RAQUEL NOBRE GUERRA
(1979)

 

UNA CONSIDERACIÓN PARA DESPUÉS DEL ALMUERZO

 
por esta altura un hombre ya pisó la luna mitad
del mundo ardió por la televisión copos de hielo
desprendiéronse de continentes cocktails fueron
inventados para hombres calvos familias fueron criadas
para la pereza en el Jardim da Parada juegan a las cartas
un bebé se murió en mi panza mantos de crudo
diseminados en el atlántico la crítica de la razón pura
fue atendida en muchas más lenguas
llevando al suicidio a más de un centenar de niños
el hombre de la carnicería se bajó los pantalones para la luna
el Yogi de la montaña rodó como el lobo en la nieve
los centros comerciales se volvieron gigantes
Alan Vega apagó cuatro cigarros en la cara durante un concierto
la mandíbula de un edificio se derrumbó con personas dentro mi
gata mastica el centro macizo de un pájaro mi padre
fue cerrado en un velcro mis tenis afondan en la hierba
mi madre murmuró cualquier cosa
un autor escribe como si todo estuviera bien
a la búsqueda de su camino en lo que resta del gran sueño galáctico
floreció y no fue por error el pino salvaje

 

 

 

 

 

COMPOSTURA DE LAS CIRUELAS EN REPOSO

 
despierta con placer para el día en que alguien
te ha de comer cada una de las ciruelas frías

 
que el agua corra sobre el alma expulsada del fruto

 
toma una roca volcánica
imagina en su vibración porosa
cómo se prepara la tierra

 
para el desayuno
yo nunca miento

 
cuida que tu poesía no se vuelva
un magneto de frigorífico

 
un poema puede ser ciruela dulce
piel de un futuro que casi tocas

 
¿sientes el comienzo del olor a fruta?

 

 

 

 

 

RICARDO MARQUES
(1983)

 

 

EL CAMINO DEL TIEMPO

Intenta siempre que el pasado esté en
todas las cosas que hagas, aunque
hayas evolucionado en el único sentido posible:
La vida no tolera retrasos ni bruscos
avances, y el latir del segundo es su cara
más visible. Busca recordar los árboles
que plantaste en la vida de alguien, de líneas
en que tu corazón se perdió y de otras
que dibujaste racionalmente con la mano,
imitando el gesto creador inicial. Recuerda
los rostros que besaste, los aviones que tomaste,
y las risas y lágrimas que vertiste. Pero
más importante que eso, o después de todo
acondicionado en el volátil espacio de la memoria,
recuerda las decisiones y los dones que
te permitieron escapar a la muerte de cada día,
ella que siempre te esperó cuando menos lo
esperabas en un rincón distraído de las horas.

 

 

 

 

 

 

PARTENÓN

 
Cuando Elgin
llegó a Atenas
para defender
a los griegos
de sí mismos
y de los turcos

 
miró hacia todo
aquel mármol
y pensó que
tenía que comenzar
por allí:

 
toda la barbarie
es al final
puro pragmatismo.

 

 

 

 

RUINENLUST

 
Cuando el museo más antiguo
del Brasil ardió, uno de los
más completos del mundo

 
sólo el enorme meteorito
de la entrada quedó, inerte
en el lugar donde ya estaba,
como si él hubiera sido
el culpable.

 
En el incendio ardieron
también las memorias
ultramarinas portuguesas

 
y muchas mariposas
manuscritos y grabaciones
inéditas de tribus que fueron
masacradas.

 
Pero como dijo el diario
todo podía haber sido peor:
al menos no se contaron víctimas

 

 

 

 

TATIANA FAIA
(1986)

 

 

LOS GATOS DE LA CALLE ADRIANO

 
uno de ellos se enredó
y no por engaño
en una red que cubría la fachada
de un edificio en obras
en calle Adriano
nos paramos para verlo
no nos dimos cuenta
cómo adquirió este hábito
salió no sé de dónde
atravesó el paseo
zigzagueando entre los turistas
y desapareció por un hoyo de la red

 
repetía la misma escena casi todos los días
se enrollaba para dormir suspendido
encima de nuestras cabezas
en un ángulo que parecía incómodo
su cuerpo como un inminente balón de agua
buscando entre la sombra
el mediodía del sol de otoño
sin ángulos agudos ni aristas

 
su perfecta circularidad
nos vigila con los ojos abiertos
cuando entiende que lo observamos
y nos sigue cuando comenzamos a seguir de frente
los ojos puntean como aguzadas puntas de lápiz
el inesperado apunte de nuestra presencia
nos sigue aun cuando ya no estamos a su vista

 
sus ojos sin embargo
entran de nuevo por la red del túnel
atravesando por el lado oscuro de la memoria
donde dejaran una pequeña marca
como una boya olvidada en medio del océano
que a veces regresa a la superficie
nos deja delante de una indecisión de pormenores
que no son parte de ningún hecho
de nuestra biografía
apenas algo que se pierde en el discurso de nuestros días
y comienza a subir
por el pelo blanco del hocico
con una mancha amarilla en la oreja
unos ojos verdes cristalinos
un gato callejero en calle Adriano
la terquedad de predador con que las imágenes
de una curiosidad aleatoria nos persiguen
y regresan sin cómo ni por qué
cerradas en la gracia de un movimiento
hábitos favoritos entrecruzándose
como el nuestro en un punto donde un destino para
mira hacia nosotros
rehace el camino de vuelta a través de las sombras
y acelera en un salto vertical
que rebasa varias veces nuestra propia altura

 

 

 

 

 

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