Pedro Varguillas (Maracay, 1988) es poeta, escritor e investigador. Licenciado en Letras por la Universidad de Los Andes. Master of Arts por Northwestern University. Ha sido docente en la Universidad de Los Andes (Mérida, Venezuela) e Investigador invitado de la Maestría en Literatura en la Pontificia Universidad Javeriana, Bogotá. Ganador del XXI Concurso de poesía DAES de la ULA con el libro Los poemas del payaso. Forma Parte del comité editorial de la revista Poesía publicada por la Universidad de Carabobo (Valencia, Venezuela). Coeditó el libro Desacuerdos, crisis y movimientos: miradas contemporáneas a las expresiones literarias y culturales latinoamericanas (Pontificia Universidad Javeriana 2022). Ha publicado los libros de poesía Marea (2015 Ediciones del Movimiento, 2020 LP5), Luz por toda la casa (Instagram @makariovv, 2023) y ha sido incluido en las antologías Nuevo país de las letras (Banesto 2016), Nos siguen pegando bajo. Brevísima Antología Colombia-Venezuela (LP5 2020), Voces de ensueño. Antología poética del siglo XXI (Ediciones Madriguera 2021), Orquídeas Voces: muestra de poesía venezolana contemporánea (Fundación Pablo Neruda 2021).
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Del libro Marea (Ediciones del Movimiento 2015; 2020 LP5)
IV
Esto soy yo
corriendo tu espalda
dándole fondo a tus abismos
erguido reventándote los muslos
fuego carnívoro en tus manos
sed en tu lengua lamiéndote los labios
verbo secuestrando tu voluntad desnuda
cuchillo tasajeándote las nalgas
hendija alumbrando tus secretos
río de sangre penetrándote selva oscura
palabra escrita sobre palabra
VIII
Tendido veo saltamontes brincando
bailan la danza ritual del estremecimiento
aceite desprendido de tu piel hirviéndome
dentro del rojo caído
hay una casa de luces
fogata de trombones hinchados
cascada de sonidos deslizándose
entre la hojarasca de este grito
el fuego es un arpa atravesando los bosques
espero viendo incendiarse el llano
espero entre alaridos de toros hirviendo sus lágrimas
espero amarrando con dientes de león el cuello de un becerro
espero caminando las manchas de las garzas en el cielo
espero atado a palmas de moriche tragándose el último aliento de los esteros
espero con las ropas colgadas recogiendo el rocío trasnochado
espero con la candela tumbando la choza que hicimos con las manos
espero bajo el vientre de un caimán arrastrándose en el fondo de un río
espero quemándome la última vértebra izquierda
espero con la nostalgia nórdica de un samán al mediodía
espero los espíritus de palabras muertas
espero oculto de los cunaguaros que encienden la noche en sus ojos
espero con un machete en el brazo metido en los cañaverales
espero espero espero
viendo llover sobre este campo de apamates vistiendo de colores la tierra
llueven amapolas y florece la sabana en tu vientre
llueven orquídeas manos abiertas sosteniendo el reflejo quieto de colibrís
llueven astromelias moviendo sus colas y bramando fuego de dragones
llueven cactus y van ganando espinas en su procesión descendida
llueven semillas de guanábana esperan ser novias entre la yerbabuena
llueven parchitas rogando una pasión que las desgrane
llueven fresas rosadas han perdido su color enjuagándose en lágrimas de nubes
llueven duraznos alegres nos acarician la piel desnuda
llueven cayenas han escogido tus cabellos para adornarse de ti
llueven tomates escapados de la garganta de un gigante mareado
pasan volando aves del paraíso regando colores imposibles en el aire
pasan guacamayas alborotadas gritando su deseo
pasan pericos repitiendo nombres de otros tiempos
pasan chicharras haciendo vibrar los montes bajo sus patas descosidas
pasan los cristofue con su devoción de cruzado en el olvido
pasan gavilanes anunciando la sequía
XIV
Sálvame
Marea mía
líbrame de sus discursos barbitúricos serpenteando sus males
llévame al sendero de los abedules donde el día no alcanza a la noche
busquemos trabajos de chinos flamencos místicos de la música gitana en Sevilla
fragüemos nupcias de ahijados espontáneos encarnados en el vestigio del grano de la
nieve aprendamos la arquitectura rocosa de la edad media estancada en vanos cinturones de hierro
levantemos torres pobres para el paseo de monjes caídos en las fosas de las ciudades
antiguas experimentemos un viaje traslúcido en la tumba de San Juan de la Cruz
vamos a alumbrarle la noche oscura con besos luminosos en el oriente de las perlas
ofrezcamos regalos envueltos en cuero de cazadores de leones a las brujas
profanemos el púlpito de los saberes extendidos revelando la alquimia de tus cabellos
silenciemos la secuencia del rigor instituido en los pantalones abandonados por los nudistas pensemos una ofensa en la clave de un habanero dormido en medio de un son cubano
faltemos al encuentro meditado en las celdas de clausura de los monasterios
saludemos a los amigos con la cercanía de las huellas de los alcatraces en la arena mojada
cuidemos a las vecinas viejas temerosas de morir ahogadas en las bañeras
bailemos vallenatos y fados bebiendo ron y vino con limones y azúcar
corramos un maratón en el fin del mundo viendo a los pingüinos aplaudirnos la carrera
vamos a Cumaná a prenderle una vela a Ramos Sucre y tomemos un peñero hasta Araya
/para revolcarnos en la sal leprosa de Cruz Salmerón Acosta
azul azul azul
azul Reverón me ha cegado la luz de los cocoteros alumbrando la bahía de Macuto
Juanita levanta a Pancho de las piernas de Serafina que pinte un cuadro con los cachos del toro
despertemos sobre la hierba picados de mosquitos en medio del Roraima viendo
/aterrizar platillos voladores en el Pajuí de la Gran Sabana
hablemos con los lancheros de Soledad a Angostura sobre Luz Machado y su Orinoco
/sostenido entre las palmas de nuestras manos salidas por el borde del bote
prendamos un hilo al menguante y salgamos a repartirlo entre los indigentes que hablan solos
entremos a un penetrable de Soto y salgamos entre los colores de Cruz Diez con los
/brazos torcidos en las manos de Otero
vamos a Barinitas a despertar el llano de Enriqueta a cantar con Florentino la canción de Alberto
no te quedes ahí viendo Caracas con la mirada de una sirena colgada en el techo de un balcón
hagamos la fiesta sin regreso en el panteón de los amantes clandestinos
escribamos un bolero que haga sonar las rocolas oxidadas en los basureros
tomemos los pinceles de la aurora y creemos un mural donde las ilusiones
no se quiebren
busquemos lo que no se nos ha perdido en la argolla del Miranda fastidiado de Michelena
brinquemos sobre los corazones rotos en las tonadas de Simón escritas por el poeta Acevedo
entremos al bar de Ligia conoce a Rubén detrás de la barra abriendo tres tercios Polar con
/una sola mano
el último en salir toca la campana paga la cuenta cierra la puerta y pide la bendición
Sálvame sálvame
me persiguen por haberte nombrado arrebatado en mi delirio
esta maleta pesa tanto abre el cajón del carrito blanco y quita la cara de asombro
no me perdonarán esta alegría en medio del grito este zumbar de abejas bailando
rasga estos pantalones rotos en las rodillas corta el hilo que me sostiene
botemos la espera por la ventana cuando tomemos la Troncal Este
esta historia no es un cuento para los sabios de la lengua sordos de otorrino
esta lengua se rasca la espalda contra las piedritas del suelo donde no te alcanzo
no debes sentirte impresionada si sientes un calor donde no puedes señalarte
diviértete sosteniendo un salvavidas inflado con el ego de los políticos
desata las trenzas de los hippies artesanos en las plazas públicas
vendiendo zarcillos hechos con conchas marinas y restos de palillos para limpiarse los dientes encontrados en los basureros de los restaurantes de carne asada
quieren hacer una estatua de nosotros y reímos tan fuerte que nos duelen los abdominales
repitamos el gusto de ser niños leyendo historietas cuando el mundo era más grande
y no se cruzaban las calles sin una mano adulta que guiara la pisada delante de
/automóviles conducidos por nuestros paisanos insanos
que obtienen sus licencias regalándole chocolates a las secretarias de Tránsito Terrestre
alcemos los brazos como si nos robaran los amigos de nuestros vecinos del edificio de al lado
y demos una vuelta pachanguera siguiendo las instrucciones de un puertorriqueño
/medio tartamudo
esta es nuestra fiesta le oí corear a toda mi generación exiliada en pepas traídas de San
/Francisco por panas que consiguieron una beca para estudiar en UCLA
y ese amigo gay amigo de mi amiga asustado cada vez que le da diarrea por no creer en el
/único dios vivo con nombres y colores y texturas y sabores tan variados que es el patrono de
/los carnavales de Río
condones condones condones
salvando la vida de los troyanos dándole duro por el culo al amigo de la amiga haciendo un
/dúo de universitarios enamorados amantes del francés del yoga y del taebo
salvándonos del SIDA del VPH de la sífilis de Salustio de la hepatitis y de las novias preñadas
ven prueba el sabor de los cepillados de mora con tamarindo y triple leche condensada
haciendo una cosa dulce una cosa pegajosa una cosa agria una cosa extraña en tu paladar
cuando el amor llega así de esta manera uno empieza a oír las carreras de caballos de Santa Rita
/de Valencia y de la Rinconada
María Gualezca yegua de mis tormentos de mis pasiones ocultas
de mis compatriotas con la gaceta hípica en el bolsillo trasero derecho del pantalón
empleados de un Ministerio cualquiera quince y último cabalgando entre las piernas de Jaramillo
entran en la última curva se perfila por el centro de la pista va levantando la arena en los ojos
/de El gran sol cabeza a cabeza se pelea el Clásico Simón Bolívar deja atrás a Clever Dance
/My own bussines se perfila como ganador va a ganar va a ganar ganó Venezuelaaaaaaaa
en los adioses de las tardes eres la reina de los turistas en la arena de Margarita
Colón pasó por ahí dándole nombre de perla y nos maldijo
ay de mí Nueva Cádiz ay de mí Barroso ay de mí Zumaque I
malditos somos por esta vaina que vinieron a echarnos como si fuese culpa nuestra
poder sembrar moneditas de oro en Portuguesa y en veinte años tener un consorcio aurifero británico
y un montón de muchachitos catires jugando fútbol hablando pistoladas del abuelo que no se pela un juego /del Manchester en la UEFA Champions League
ay Vinotinto de mis goles en contra
ay este gesto es apenas un desahucio
ay tiroteos en los hospitales
ay malandros míos
ay de mí pelotica de goma golpeada por los brazos anémicos de mis hermanos ay de mí Víctor Davalillo /ay de mí Luis Aparicio ay de mí David Concepción ay de mí Andrés Galarraga ay de mí Omar Vizquel /ay de mí Oswaldo Guillén ay de mí Miguel Cabrera ay de mí Johan Santana
ay José Ignacio Cabrujas ay
somos vivos nos saltamos las colas en las gasolineras de la Florida Turnpike la primera vez
/que cogemos el carro alquilado que no podemos comprar en nuestra tierra santa de libertadores
y batimos récord de Miami a Orlando gozando petrodólares
siempre todo está barato dame dos
ay Mickey Mouse de mi infancia ay Magic Kingdom de mis aberraciones ay Universal Studios
/de mis fantasías absurdas
ay Mao Tze Tung de mi futuro embargado por China
ay ay ay Vicente Fernández en la cabeza de mi abuela cantado por mi abuelo
ay ranchera que no termina machismo exacerbado levantando sus miembros con Cialis y Viagra
Sálvame sálvame sálvame
habitemos el alma tuya alma mía nuestra alma
Del libro Nueve meses (inédito)
III
Ella quiere que escriba, desea tomarme una foto. Entonces, yo escribo estas palabras mientras ella sigue leyendo los cuentos de su amigo. Justo acabo de escribir un verso: “descubrir la belleza en cada parpadeo”. Es así, nos la pasamos el tiempo juntos en videollamadas sin fin, así vamos saltando, brincando de día en día inventándonos en el aire. Ella me ve, yo la veo, sonrío al escribir y le pregunto si ya tomó la foto. No tomo la foto.
III - II
Me dice: poeta escribe, poeta dame tus palabras, lléname, eyacula vocales y consonantes en mi cuerpo pulsante. Yo escribo, lleno de us y erres su vientre vivo. ¡Este es el cielo! Puedo escuchar campanas al ritmo de torrentes de sangre en mí. Escribe, me dice, y me envía fotos. A mí me faltan oraciones para cubrir su cuerpo. Palabras, solo puedo tocarte con palabras. Podemos intentar cosas juntos, ambos somos abiertos en la mente y el alma, dice ella. El poeta escribe, el poeta sonríe, el poeta mira la pantalla del celular y la ve a ella. Presiento una palabra. A ella los versos se le resbalan de los labios. Volvió a verlo, baila el cuello y los hombros, se ríe y yo uuuuuuuuuuuuuuuu gimo. Voltea me mira y pregunta: ¿qué paso? Exige palabras, exclama: dime!!! Sus cabellos los mueve el aire del ventilador y yo me pongo a pensar en el aspa del aparato. Escribo esta palabra, río, ella ríe. El poeta está acabando, gimo, respiro. Ella dice: estás teniendo un orgasmo poético. Rrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrr. Este poema lo escribimos los dos.
IV
Esa hora en la que apareces
Soy una sonrisa en pantalla
V
mar de mis corales
amar es
una primera vez
Del libro Rogers Park (inédito)
Canción de conejos
Están a la salida de Cudahy Library
en enero febrero marzo y abril
entre la nieve con sus orejas inmensas
palpan el vibrar del mundo
cruzan la calle de hielo
toquetean sus colas detrás de un arbusto
sus patas hacen chistar el mundo
se les ve hacer manadas crear clanes conquistar jardines
calle a calle de Lunt a Edge Water de Devon a Greenleaf
monopolizan el gris y el blanco
los verás una noche
son la campaña admirable
por todos lados
aparecen mojados en la ducha
por la cerradura de la puerta giran cada vez que entro a casa
encienden lámparas alumbrando cuarto por cuarto
ahora en esta letra frente a mí del otro lado de la mesa
se levantan se acuestan en el sofá se hacen los dormidos
así en loop saltando por todos lados
X
Lampyridae según la institución que le dio familia
eran los dioses de un pueblo en medio de mi pueblo
cocuyos le llamaban los chamanes
por ver noctilucas había llegado al Cabo Polonio tarde en el invierno
<luciérnagas> dijiste y preguntaste por ti
que brillas en la brevedad del zumbido
golpe de tres a dos
embestida a las cuatro
viniste a nombrarte
pasaste en un vuelo de fuego
me paré frente a tu puerta
estoy abajo dije
estuve abajo todas las noches
el invierno congela las olas
una mañana sigue a otra mañana
después la noche
nos roba
el aliento
el calor
la alegría
Pero
estás ahí
la cocina florece y nacen cayenas en las paredes
sonreíste
miré los ojos que me miran
insecta coloeptera polyphaga elateriformia elateroidea
el horizonte existe porque te guindas de él
mañana será mañana
XII
En noviembre somos pobres
las deudas se amontonan en la puerta
los días se hacen cortos
brincamos de noche en noche
de Magnolia a Greenleaf
del shutle al tren en Foster
del cine chino a la música brasileña
de los huevos revueltos a la avena a las salchichas con arroz
del té alto en sirop de maíz al café colado cuatro veces al chocolate
a fin de mes
la libreta de ahorros es papel toilette
nos dicen burgueses después de jugar tenis con raqueta prestada
nos tuvimos
en el amor
único patrimonio
Una mirada a la poesía venezolana: La tradición que nos une