Dossier Paul Celan: “Voces de Stimmen”, poesía y pintura.

En esta nueva entrega de nuestro Dossier Paul Celan, preparado y traducido por el poeta Roberto Amézquita, presentamos la serie “Voces de Stimmen” que la artista visual venezolana Consuelo Méndez ha pintado a partir de los poemas de Celan publicados en este dossier.

Recientemente la exposición “Voces de Stimmen” ha sido preparada por la Fundación venezolana La Poeteca en la dirección de Jacqueline Goldberg y difundida a través de la galería virtual de Prodavinci como puede consultarse en la siguiente nota de su portal. A continuación la obra visual de Consuelo Méndez seguida por la traducción del poema:

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

VOCES

Paul Celan

 

Voces en lo verde
de la superficie —rasgada— del agua.
Cuando el pájaro de hielo zambulle,
zumba el segundo:

Lo que estaba de tu lado
en cada una de las orillas, entra
segado
en una otra imagen.

 

*

 

Voces del camino de las ortigas:

Ven con las manos hacia nosotros.
Aquél que está sólo con la lámpara,
tiene sólo la mano para de ahí leer.

 

*

 

Voces por la noche hilvanadas, hebras
de las que cuelgas la campana.

Mundo, címbrate:
Cuando flota la coraza de los muertos,
quieren aquí repicar.

 

*

 

Voces, ante las que tu corazón
en el corazón de tu madre se resguarda.
Voces del árbol de los ahorcados,
donde la albura y el duramen
cambian y cambian los anillos.

 

*

 

Voces, guturales en el tizne,
y ahí también paladas infinitas
(corazón-)
viscoso escurrimiento.

Atraca, niño, el bote aquí,
que yo tripulé:

Cuando la tempestad pega de lleno
en la mitad del barco, aprieta sus pernos,
junta sus paréntesis.

 

*

 

Voz de Jaakob:

Las lágrimas.
Las lágrimas en el Hermano ojo,
una quedó suspensa, se alargó.
Nosotros vivimos ahí dentro.
Respira, que ella misma
se disuelva.

 

*

 

Voces al interior del Arca:

Es que sólo las bocas
están a salvo, ustedes
los que se hunden, escúchenos
también a nosotros.

 

*

 

Ninguna
voz – un

rumor tardío, desconocida la hora, a tus
pensamientos entregado, aquí, finalmente
despierto: un pistilo y carpelo, gran ojo,
profundamente
rajado;
es arduo, no querer
cicatrizar.

 

Traducción del alemán: Roberto Amézquita

 

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