Si el río abriese los ojos: Antología de la continuidad. Es una selección que reúne voces de poetas venezolanos nacidos a partir de 1990. La muestra nos invita a reflexionar acerca de las diversas identidades que se presentan en la poesía actual venezolana. La escogencia del título rinde homenaje a dos voces que dejaron una huella fundamental en el panorama más reciente de la vida literaria del país: César Panza, con su verso Si el río abriese los ojos qué viera, y Caneo Arguinzones cuando dice que Haber retrocedido al abismo ha convertido la continuidad / en una festiva alabanza. César nos devuelve la pregunta de la identidad sin pretender abrirnos los ojos, sino buscando que habitemos con él la pregunta; defiende lo auténtico mientras nos habla de la impermanencia. Caneo plantea una vivencia corporal que enfrenta a la muerte, pero que, en un detenerse, busca la continuidad de la vida como una “festiva alabanza”. Estos autores y referentes, por siempre jóvenes, son voces desenfadadas, discontinuas, navegantes de lo incierto en el río identitario, vitales, como las que presentamos a continuación.
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Paola Assad Barbarino (Caracas, 1999) es una poeta y artista visual radicada en Nueva York. Su obra explora el dolor diaspórico y sus transmutaciones. Fue finalista del III Concurso de Poesía Joven Rafael Cadenas (La Poeteca, Caracas, 2017) con su poema El Rapto. Sus textos también han sido incluidos en Liberoamericanas: 140 poetas latinoamericanas (Libero, Barcelona, 2018) y UBICUO (Lecturas de arraigo, Madrid, 2021). Su primer poemario, Todo menos invierno (Lecturas de arraigo, Madrid, 2025), fue publicado en febrero del presente año y presentado en Nueva York, Madrid y San Juan, Puerto Rico. Su trabajo ha sido compartido en festivales como el New York City Poetry Festival —de la mano de la revista Nueva York Poetry Review— y, más recientemente, en el Kerouac Festival, dirigido por Marcos De La Fuente, donde presentó su performance Todo menos invierno: Nudos del irse, una intervención de poesía y shibari.
GBV-58P
Durante mi vida en Caracas
papá tenía una Jeep Grand Cherokee 2002
donde me buscaba y me encontraba
COLOR PLATA
con cara enfurecida
mostraba los dientes como un hurón
tenía acústica de anfiteatro
en ella dejé la voz
cantando the climb
practicando para un canal de youtube
que no existía mientras papá me alentaba
me pedía afinar
me pedía soltar la voz
mamá le pegó una cachetada a papá
en la Jeep Grand Cherokee
una tarde donde yo no paraba de llorar
estábamos saliendo del CCCT
papá se disculpó conmigo
por el ruido y el susto
rodamos montañas
quemamos carreteras
en la Jeep Grand Cherokee
tantas veces escuchando DLG
los dedos de papá golpeando el volante
al son de la quiero a morir
me gustaban sus manos
de todos los niños de mi salón
mi papá me parecía el más guapo
en esa camioneta nos fuimos hasta Maiquetía
dos días antes, esa camioneta me recogió
frente al obelisco
cuando me despedí de un amor
teníamos diecisiete y más nunca
nos volveríamos a besar las bocas
con diecisiete años
desde la ventana del copiloto
la distancia empezó a masticar su imagen
volvió su cuerpo un garabato que voltea
y pensé esta es la última vez que lo veo
desde entonces
cada vez que veo una Jeep Grand Cherokee
estacionada en una acera
o dándome paso en la avenida
asumo que es mi infancia
acechándome.
Un hombre en Chuao mastica una semilla blanda y clara
y piensa en mí
Mi amor,
partiste un Viernes de Venus
hacia Chuao cumplías
treinta y uno,
y yo, desde mi isla de hierro
seguí mi día
Hablé con mi madre por teléfono
sentí el rechazo
de su mirada ausente
sangré lo que parecía
el golfo de Paria
(Lo que parece el golfo de Paria,
medio: sangre sobre algodón orgánico,
año 2024, autora: yo)
Llegaste a Choroní
esperaste la lancha
te imaginé sentado, agitándote
con las corrientes afiladas
rodeado del azul que abandoné
Llamé a mi abuela, abrió
un cuadernito donde anota las palabras que olvida. Le pregunté si le ha servido. Vaciló. Le propuse clases de pinturas los domingos. Mi tío Felo las dictaría. Él hace mandalas, delfines, rosas flacas. Piénsalo, para que aprendas algo nuevo. Puedes pintar la foto mía con gorrito rosa, donde me estoy agarrando la patica. Me dices la patica. Nunca el piecito. Me cuenta que está releyendo a Melanie Klein. La teta buena y la teta mala. Al colgar, lloré. De fondo, la quinta avenida y los toldos del Rockefeller Center. Compré un octavo de onza y pensé que debería durar una semana pero no me juzgaré si la termino antes. Son tiempos duros. La regla me vuelve un poquito desquiciada. Me gusta pensar que llegaste y estás abriendo una baya de cacao desde adentro. El baño está inundado porque dejé la ducha corriendo. He estado absorta escribiendo en la sala, desnuda, las gotas de sangre hacen carreras para llegar a mis tobillos. Me cuentas que los pescadores están teniendo una mala temporada porque el agua está infestada de medusas. Son redondas, les dicen bola de cañón. Flotan en el agua como bolsas plásticas. La sangre me dibuja figuras chistosas dentro de los muslos. Si abro las piernas parece una estrella o una de las medusas que hoy flotan desde tu orilla. Como cuando eras niño y ponías un blob de pintura en un papel, lo doblabas por la mitad y estirabas el blob con los dedos para luego abrirlo y descubrir una nueva especie de pájaro o una lámina de un test de Rorschach. Afuera la noche está quejumbrosa.
Abriste la baya de cacao
y me mandaste una foto
de su carne.
Lugar del casi
Hay unas bestias
que tienen la capacidad
de volver a los lugares donde
enterraron a sus muertos
2333
Tienen buena memoria
pueden reconocer
los huesos de quienes amaron
No sé si cuando acabe esta guerra
yo pueda ver tu cara viva
caliente y palpitante
al otro lado de la calle
donde nos espera el abrazo
Anticipar tu latido
es pedir demasiado
debo acostumbrarme a las limosnas
a que se me racione la memoria
como se me racionaba la comida
Si sobrevivo estaré sola
vestiré de negro mi cuerpo
para acercarme al lugar
donde casi te vi
Reconocería tus huesos
en una pila de escombros
como los elefantes
cuando estiran sus trompas
para decir adiós.
Mother tongue
Para mi lengua madre nunca era demasiado el ron
fue un viaje apretado de Capricornio a Géminis
con una reserva infinita de carbohidratos,
olor a fritanga.
Era un animalejo vespertino
la esperábamos todos los mediodías como hermanas
un día no apareció.
Le lavé los prefijos
le ajusté los prejuicios
le pedí que más nunca me salivara en adverbios terminados en mente
pero fracasó, rotundamente
Con el tiempo aprendí que a nosotros nos parió un duelo
mi lengua madre solo me dejó una gaveta llena de óxido y la aversión a las cacofonías talladas en los hombros
me recitaba a Freud de memoria antes de revolcarse en mi garganta
cavó una llaga en mi bastardía de donde se adhirió como un parásito
declaré solo vivir para ella
no le fue suficiente.
Huyó en orden alfabético
inteligentemente
para incapacitarme de decirle que era una coño e’ madre infame
me comí las letrs por gula
por invocarla
y terminé en su rellano un día
no nos reconocimos
la pensé tanto que la perdí
y encontré en la orfandad algo de qué ufanarme
hoy me tocó la puerta
pero no entendía
le dije:
Sorry, nobody´s home.
Todo menos invierno (2025)
Inventario de mamá
Tengo
canas que ya no
agarran tinte
una casa incompleta en Cotiza
una abandonada en El Paraíso
dos vacías en Higuerote.
Tengo
un lote de Mary Kay que no se vendió
una herencia gastada en una migración improvisada
dos mudanzas a cuestas.
Tengo manchas en la cara
del segundo embarazo
dos inyecciones de hierro
plasma rico en plaquetas
botox del CCCT.
Tengo
la cenizas de mi padre en la sala
mi madre que todavía no se nacionaliza
cuatro hermanos
bueno, tres…
tengo un hermano muerto.
Tengo 400cc en el pecho
uñas naturales
pelo natural
pies naturales
pestañas naturales.
Tengo
tantos años de casada que amo por inercia
una hija adolescente
y otra que me ha visto llorar
dos padres inmigrantes
un país que cabe
en un paréntesis.
Tengo dos años sin ir a la playa
dos años sin usar ropa de oficina
dos años sin ver a mi mamá
sé que mi hermano dijo mi nombre antes de morir
le gustaba el sushi
le gustaba ver películas tristes y las de Brúj-lí
le gustaba cantar rancheras
sé que me llamó antes de morir
que dijo “Glondy” y luego el nombre de mis hermanos y el de mamá
no me despedí de él cuando emigré
le he comprado un velón en Walmart
la etiqueta dice que es para los muertos.
Tengo un trabajo de obrera
una hija que escribe como si fuera yo
las manos de fumadora de mi mamá
un tatuaje mal hecho en el tobillo
una vida inmigrante de mierda
y un hermano muerto.
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Pamela Rahn / Luis José Glod / Milagro Meleán / Carlos Katán / Jesús García / Érika Manoche Barreto / Yéiber Román / Ana Mirabal Mujica / José Mestre / Michela Lagalla / Kaira Vanessa Gámez / Ricardo Sarco Lira / Sofía Crespo Madrid / G. Galo / Alejandro Indriago / AnCe Jesús Zamora Maneiro / Hamid El Sayegh / Jesús Montoya / Ariana Mathison / Soriana Durán / Carlos Iván Padilla / Paola Alzuru / Stephani Rodríguez / Rogelio Aguirre / Valentina Diaslara / Alborada Garrido /