Agua grande, poesía venezolana: Zorian Ramírez Espinoza

Leemos, en el marco del dosier de poesía venezolana preparado por Giordana García Sojo, algunos poemas de Zorian Ramírez Espinoza (Caracas, 1996). Además de poeta es contrabajista. Su primera colección de poemas es Memoria Derramada (Petalurgia, 2022).

 

 

 

 

 

 

 

 

Zorian Ramírez Espinoza (Caracas, 1996) es​​ Licenciado en Artes mención música por la Universidad Arturo Michelena (UAM). Contrabajista de la Orquesta Sinfónica Municipal de Caracas. Diplomado en creación y reflexión poética en la Fundación la Poeteca de Caracas. Ha sido finalista de la 7ma edición del premio de poesía joven Rafael Cadenas, Mención honorífica en el 2do Premio Internacional de Poesía Bruno Corona Petit y del 5to Certamen de Poesía Venezolana “Ecos de la Luz”. En 2022 publica la plaquette de poesía​​ Memoria Derramada​​ con ediciones Petalurgia. Forma parte de las siguientes antologías:​​ Nueva lengua guarida,​​ Antología del 7mo. Concurso de poesía joven Rafael Cadenas, Antología del Premio Internacional Bruno Corona Petit​​ y​​ El sueño del tiempo-poesía venezolana actual,​​ editorial Letras Salvajes (Puerto Rico) en coedición con Tierra Árida (Venezuela). En noviembre de 2022 organizó junto a la artista Maigualida Espinoza y un grupo de poetas venezolanos y latinoamericanos un diálogo entre poesía y vídeo, titulado homónimo a la muestra de la artista “Poéticas del cuerpo, mitos de un silencio”, presentada en los espacios del Museo de la Estampa y el Diseño Carlos Cruz-Diez en Caracas. Actualmente lleva a cabo el taller de escritura experimental “El objeto y la memoria” junto con la escritora Pamela Rahn.

 

 

 

 

 

 

 

***

 

 

Fragmentos de un ejercicio parecido al diario

 

 

Lunes​​ 

10:24 PM

 

El caballo noche me mira fijamente. Es hermoso, existe aquí como los árboles.​​ 

 

Noche y árboles son del tamaño de un lenguaje que pierde el lustre que en el decir insiste. La mirada del caballo penetra árboles. Ahora, “árboles” se entiende como uno. Mientras, dos reflejos captan lo posible.

 

Lo impredecible, ya no más oscuro. Restablece el día del encadenado mirar a un miembro colapsado. Oh, pobre Hans​​ (léase el caso de Freud)​​ que has visto a la bestia hacer pis en los jardínes de Schönbrunn y tuviste la misma suerte que este lector: ser un recolector de residuos.

 

Preparo la composta con esta materia. Lo subjetivo es un mandato lógico e inmundo donde esto -​​ ¿qué yo?​​ - nacía en la última página leída por mi padre (imaginario) sobre la letra del tú-yo que somos.

 

Hurgué muy tarde en este sueño. Porque deseaba cariño de aquello que insiste en ver de lado. Condenados a un eterno desencuentro...

 

Provoco siempre al que quiere negarme.

 

 

Martes​​ 

11:25 AM

 

Digamos pues que mi vida está construida sobre un diseño fallido, error de cálculo matemático donde cada cosa es columna y germen de algo más.

El contrabajo, los libros y un piano la sostienen. He unido estos objetos a la blancura de esta tierra.

Lloré al volver sobre el camino escrito.​​ 

Viajaba en metro. Él acercaba su mano y la rozaba con ​​ la mía que reposaba en el pasamanos del vagón. Una pasajera me ofrecía una toallita para que secara mis lágrimas.​​ 

Me sentí estupido, me sentí poeta.​​ 

Ahora, humedezco esta hoja en letras desechas cual fe inquieta en los andamios.

 

 

Miércoles​​ 

9:44 PM

 

Errática toda lógica que me sostiene a un lado del mundo. Llueve en este continente, un niño llora y canta a la lluvia lo que a esta le falta.

Detengo la escritura, ​​ le pido que me dé la cara, busco enfurecerla, estorbarla.

Doy riendas a la forma.

 

 

Jueves

7:12 PM

 

Voy a invocar cuerpo y lágrimas. Este juego me deforma ​​ para ​​ gestar una paulatina calma que permita divisar mis huellas en tu rostro. Me mantengo en vilo. La sal de un crepúsculo color invade tu pureza. Es la brasa, nunca el carbón, de este deshacernos en hechos y cosas.

 

 

Viernes

4: 25 PM

 

En medio del terror, he tenido una erección. Cosas como estas son difíciles de ocultar. Usar una camisa holgada, jugar con la postura de las piernas, esconder la mitad del cuerpo bajo una mesa o escritorio. Todo esto me llevó a razonar acerca del libre albedrío de un cuerpo que era una sensibilidad toda. La erección mostraba el festejo de la carne. Me encontré en un estado frágil y de vergüenza. Era observador de esta embestida de vida.

 

Es la regla de continuidad. Posterior al horror, la tortura, el despojo.

 

En este exilio de vida siento palpitar el músculo.​​ 

 

 

 

 

 

 

 

 

Versos que sobrevivieron al borrador

 

 

Como algo que no iniciaba​​ 

aparecía el gesto

trémulo en la solidez de los astros​​ 

 

 

 

 

 

 

 

Aquello que estaba aquí

me ha olvidado

Ora porvenir​​ 

que en proporción de rasgos​​ 

reincide en el accidente

 

 

 

 

 

 

 

 

Todo se expandía

Las colinas en sus inicios

eran piedemontes

Anteriormente polvo y espora ​​ 

​​ 

Esto

obedece a un microcosmos

que configura un trato devenido en palabra

​​ 

En los últimos años del verso

la noche obedecía a la noche

Y solo ella era la candidata

para alterarse inalterándose

​​ 

Por lo demás

no hay mucho que decir

de la tierra que antónimos

quieren habitar

 

 

 

 

 

 

 

 

Extraño conocido​​ 

desde el nacimiento

Extraño saber los motivos del encanto

La periódica fórmula​​ 

de la tablatura química​​ 

que hace Extraño al mar​​ 

descrito aquí por vez primera

 

Y aún más​​ 

Extraño motivo

del pretexto apenas vislumbrado

Corriente fuerza estremecida​​ 

del poeta aquí desconocido

 

Extraño que extraña es imposible​​ 

sopesar cuerpo materno en el patíbulo​​ 

del paraíso encontrado

que ahora es un desierto​​ 

 

Extrañamente Extraño

Cuántos los días y ​​ lugares

del ​​ mar-madre que se aferra​​ 

a la orilla de estas aguas​​ 

con ojos extranjeros​​ 

 

 

 

 

 

 

 

 

Alba*

 

Penetra el día​​ 

la habitación​​ 

donde se guardan gestos​​ 

que la memoria ignora​​ 

La mujer proyectada sobre las paredes​​ 

es la misma y distinta cada vez​​ 

Desierta de sí

llorar para ella es un acto cotidiano​​ 

¿Cuál el lugar del armario​​ 

destinado a las mortajas?

En la ceremonia se entonan​​ 

dulces melodías​​ 

mientras​​ 

se tiende y tensa​​ 

el cuerpo sobre la cama​​ 

Hasta agrietar el día​​ 

en la acción eterna del retorno

 

 

 

 

 

* Poema basado en la obra de la artista plástica Maigualida Espinoza, que forma parte de la exposición titulada “Poéticas del cuerpo, mitos de un silencio” (Caracas, 2022).

 

 

 

 

 

 

 

Una mirada a la poesía venezolana: La tradición que nos une

Isaura Duarte

Giordana García Sojo

Mariajosé Escobar

Oswaldo Flores

Yuri Patiño

Esmeralda Torres

Cristina Gutiérrez Leal

Antonio Robles

Daniel Arella

Benito Mieses

María Alejandra Rendón

Indira Carpio Olivo

Pedro Varguillas

Leonardo Gustavo Ruiz

Cristina Gálvez Martos

César Seco

Yhonaís Lemus

Alejandro Silva

José Javier Sánchez

Raday Ojeda

Venus Ledezma Azuaje

Zorián Ramírez Espinoza

Librería

También puedes leer