César Cano en La poesía te quiere vivo

Leemos, en el marco del dossier La poesía te quiere vivo de nueva poesía colombiana, algunos textos de César Cano (1994). Su libro más reciente es Sueño Molecular (Malasangre Editorial, 2024).

 

 

 

 

 

César Cano (1994)​​ es​​ Licenciado en español y literatura de la Universidad del Quindío. Poemas suyos se han publicado en diferentes medios impresos y digitales de Colombia, Venezuela, Ecuador, Argentina, México y España. También en antologías y muestras de poesía como​​ Poetas siglo XXI​​ (2016)​​ Muchachos ebrios. Antología de poesía jovencísima transoceánica​​ (La tribu de Frida, 2016),​​ Témpora. Poetas jóvenes del Quindío​​ (Biblioteca de Autores Quindianos, 2017),​​ Poesía Urgente. Desde Colombia​​ (La Parcería, 2020). Publicó la plaqueta​​ Tres poemas para sobrevivir en Bogotá​​ en 2014. Bajo el sello de Malasangre Editorial, fundado en 2018, entre otras obras, ha publicado:​​ Musgo​​ (2018), Voy a escurrirme el corazón para hacerme un pintalabios barato porque no tengo dinero pero me gusta verte esa boquita roja​​ (2019),​​ Sueño Molecular​​ (2024). La editorial argentina Matrerita realizó una edición digital del libro​​ Naces, creces, escribes un poema que parece un meme, mueres​​ (2021), disponible de forma gratuita:​​ Naces, creces, escribes un poema que parece un meme, mueres - César Cano (gumroad.com)

 

 

 

 

***

 

​​ 

 

Un planeta donde podamos aterrizar y veranear tranquilos

 

Viajábamos a ciegas

guiados solamente por la voz

del Google Maps

Y abrimos los brazos

para ver si despegábamos del suelo

Pero caímos

en un hueco

en las mentiras de los presidentes

Y chocamos directo

contra el tiempo

contra un camión​​ 

contra la imposibilidad de

disolver todas mis partículas y re-configurarlas

en un lugar plácido

en el que casualmente estarías tú.​​ 

Aparecer de sorpresa, por ejemplo,

en tu primer alunizaje

y sorprendida me preguntarías:

¡¿Qué putas… estás haciendo aquí?!

 

Entonces te contaría los más vanguardistas avances de la ciencia, sobre que la teletransportación es un hecho y que me han dado un bono de descuento por tener menos materia, por estar más flaco, tan vacío, hueco por dentro.

Hoy pensé que podría robarme un cohete de la NASA para que viajemos lejos, a un lugar desconocido para los dos y quizá para la humanidad entera. No sé, digamos que viajamos a otro planeta a las afueras de la ciudad y que nos reciben uno pequeños alienígenas para nada convencionales. Que llegamos en plan pacífico, solo dos personas que huyen de la violencia del mundo y de la inflación descontrolada. Digamos que solo llevamos una maletita con poquita ropa y los libros indispensables para no enloquecer del todo. Contemplamos esos cielos meta-terrícolas y nos gusta. Podríamos quedarnos una semana y luego otra. Podríamos veranear allí y estar más cálidos que en​​ las playas de Marte o de Melgar y eso estaría más que bien. Estaría estupendo, maldita sea, y podríamos quedarnos ahí, atascados en un sueño en el que las cosas parecen demasiado dulces, porque una noche cualquiera me escabulliré y sabotearé la nave para que ya no podamos regresar.​​ 

 

 

 

 

 

 

 

 

Tengo el pájaro azul por el calzón

 

Tengo el pájaro azul por el calzón

y no puede respirar

le aprieta demasiado

Le digo: quédate ahí

tranquilo

el aire ya no es suficiente para todos

Tengo el pájaro azul por el calzón

y qué si quiere salir a respirar

La última vez me echaron wisky en la camisa

porque mi pájaro salía a respirar

el humo de los cigarrillos

y los gases lacrimógenos

y qué si le gusta llorar

por extrañar el aire

Mi pobre pájaro azul

que ya no puede volar

ni respirar como solía

Mi pájaro azul no se da cuenta

de que está obsesionado con el aire

como todos estamos obsesionados con alguna cosa

como no morir

como no quedarnos solos para siempre

como no vivir sobre un montón de mierda y llamarla madre patria

Mi pájaro azul está azul porque me aprietan los calzones

Yo soy duro con él

y no lo dejo que salga a respirar

Mi pájaro aletea como una máquina de sangre

¡Quiere salir

quiere volar

quiere desintegrarse mientras surca el aire!

me digo.

Mi pequeño pájaro

quisiera salir

pero yo no lo dejo

¿Quieres armar un escándalo?

¿Quieres que suban a Facebook

un video tuyo tratando de volar?

le digo

Pájaro cansado

pájaro sin plumas

respira lo que puedas

y no armes un escandalo

en este centro comercial

¿Quieres dañar la venta de mis libros

por redes sociales?

Tengo el pájaro azul por el calzón

y él quiere salir a respirar

pero soy demasiado instransigente

y sólo lo dejo salir

a veces

por la noche

cuando todo el mundo está cansado de mentir

y entonces duermen

y yo me subo a la terraza para fumar

y ver cómo arden a lo lejos tantas cosas

y le digo a mi pájaro

tristísimos los dos

pequeñito mío

pajarito mío

sé que estás ahí

no te pongas melancólico

Entonces lo dejo salir a respirar un poco y cambia de color

Depués

lo vuelvo a guardar en el calzón

y él canta como si le sobrara el aire

y se queda ahí

quieto

hasta ahogarse de nuevo y ser azul

y yo miro al cielo

consternado

porque las estrellas eran solo expectativas

y no hay nada

y el mundo es esto

y vamos a morir de todos modos

y quisiera dormir

pero mi pájaro no me deja

con su canto asmático

está ahí

atrapado en mi calzón

Este es mi pequeño secreto

que yo también me siento azul como mi pájaro

asfixiado por un calzón que me contiene

y aunque tenga todo el aire sobre la cabeza

siento que no puedo respirar

 

¿Tú sí?

 

 

 

 

 

 

 

 

Carta de amor a la escritura

 

Te mando una entrada para que vengas a buscarme en este el rincón de mi lenguaje. Porque no duermo bien, ni estoy despierto. Habito este terror de no verte en las mañanas, en el simple terror de que no vuelvas, en el llano terror de que se acabe la magia que dejastes esparcida por el habla. Escríbeme tu dirección en el revés de las palabras, por detrás de lo que dices. Que se me caen los labios, se me seca el pelo y empiezo a evaporarme. Ya no soporto ni la oscura claridad del día, ni sé qué hacer con este amor disfrazo de odio. Inauguro un nuevo idioma con las combinaciones que me dicta el asma, para ahorrarme el aire, para no respirar hasta que vuelvas y me calmes y me evites tener que quemarlo todo con mi boca y solo pronuncio tu piel sobre mi mundo entero es esperarte y no conozco otra cosa que este sueño recurrente que te trae a mi memoria. Nada para mí es más cierto que la ley de atracción que me sustenta, el eje central de mis recuerdos, de que todo es falso o todo me lo invento, y solo es real la sensación de que cruzas por mi puerta y me sorprendes tachando vacíos con tu nombre, cuando me siento en mi escritorio de mentiras a desintegrar la posibilidad de los finales. Porque me veo ahí, solo, dedicándome a pensar, como si eso fuera un deporte de alto rendimiento. Y tal vez me dirían que soy un pensamista si mi pensamiento no fuera algo más parecido a lo que llamamos el delirio, si no me hubiese acostumbrado a sentir en el pecho un montón de cosas que se parten, si no fuera mi pecho un hermoso vitral de escombros, si no fuera mi pecho un derrumbar de corazones.

Pero no tuve respuesta.

Entonces tuve que hacer esto.
Tuve llenar de borrones estas páginas

y otras páginas

restregar mi cara contra este cuaderno de cien hojas

de ciento cuarenta millones de fracasos
tuve que dejar de escribir mi soledad

las vueltas por el barrio

buscando una sola palabra que lo dijese todo

Cuando conocí la poesía

cuando la perdí

Cuando me tachó la respiración

los ojos con un​​ 
sharpie
Cuando tenía la misma oportunidad todas las noches

de decir cuántas veces me he matado

de cuántas veces omití mi nombre

de cuáles fueron los recuerdos que vomité borracho

Ya no puedo más

se me oxidó el corazón​​ 

por dejarlo afuera cuando llueve

No hacía fotosíntesis con el brillo de mi sangre

Mi corazón echaba humo por sus válvulas y yo escribía

sin parar como soplando

un diente de león me perforó una página

y yo y mis ojos de desesperado de esperar sin esperanza

resuelvo todo de la mejor manera:

no hago nada

me siento a esperar sobre un banca

que el mundo se derrumbe.

Murmuro una canción de la piel pa’dentro​​ 

que nadie se dé cuenta que tengo solo una canción

en la cabeza solo un par de neuronas dando vueltas

con los audífonos dañados

con la memoria confundida

en silencio

deletreando esa única canción que lleva mi ritmo

Acorde por acorde

decibel por decibel​​ 

me voy perdiendo

en mi respiración de sangre

Como un glóbulo rojo esperando su propia molécula de oxigeno​​ 
un poco de O
2​​ en los 7.5 micrómetros de su alma.

Estoy agotado,​​ 
como el que sabe la verdad:
aunque la vida sea una
trampa yo la espero
en esta esquina en este paradero oscuro
con mi estúpida soledad llena de gente
en este lado muerto de recuerdos míos que me son extraños
Entonces saco y busco en mi cuaderno pero ya no tiene partes blancas
ni en los bordes y ni
si quiera queda espacio entre palabras
escribo encima y ya
no sé ni lo escribo​​ 
garabateo lo que creo que son mis pensamientos
tomo notas delirando
y si afuera nevara
no haría tanto frío
como adentro
de mi piel donde me vine a vivir desde el primer poema
a este autismo y esta dislexia progresiva
de confundir el cielo con paredes
de confundir la voz con los recuerdos
de refundir mi soledad en multitudes
de emborracharme para hacer equilibrio
de vivir en cuerdas flojas.

Lo confundí todo
lo mezclé todo
lo revolví todo con las manos sucias
con la boca llena
de mentiras
Todos los músculos me vibran​​ 
mis nervios son pequeños mostruos alterados.
Escribo día a día lo que pesa
en mi cerebro
lo que rumio todo el tiempo
Siempre colgado de una palabra intraducible
de un idioma que no nace todavía
que apenas me lo invente lo patento
y lo vuelvo público de mis interiores
para que lo hablen esos tontos que me habitan
y que se pelean por decir alguna cosa incoherente
de afirmar algo absurdo frente a todos
Y así me explico
diciendo que soy todo confusión
que me hace lío pensar
cómo conecto esta palabra y la siguiente
cómo digo una mentira que haga evidente la verdad
que soy incapaz de entrarle a tiempo a mis latidos
y que en el vaivén de la inestabilidad de mi memoria
me mezo

y permanezco echado​​ 
semanas enteras

reuniendo fuerzas para escribir

un solo verso.

 

 

 

 

 

 

 

*_*

 

Sé que puedo oler

tus feromonas, bebé,

como si el aire te trajera

entre una cosa

y otra.

Conozco los mecanismos biológicos

del amor.​​ 

Sin embargo, aspiro hondo

como si estuviera en un campo

de opiáceos brillantes y gritara

voy brincando tras de ti, cosita.

Pero el poema entonces ya no le gustaría a mis amigos

y no encontraría lector alguno.

Estas mierdas no le gustan a la gente,
me digo cuando escribo.

Aun así, mis manos trazan surcos
para los cultivos plásticos.

Pero me he equivocado, bebé.

La escritura no era, en primer lugar,

lo que yo creía.

Hoy no lo sé. Tampoco intento descubrirlo.

Me limito a recomenzar a diario.

 

Podría decir:

La poesía arrasó conmigo,

para sentirme como un lugar sagrado

en el que han muerto miles.

Pero no, bebé,​​ 
hoy no diré ni chimba.​​ 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

***

 

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