Matilde Acevedo en La poesía te quiere vivo

Matilde Acevedo Descripción: Leemos, en el marco del dossier de nueva poesía colombiana, La poesía te quiere vivo, que prepara Alejo Morales, algunos poemas de Matilde Acevedo. Además de poeta es filósofa y actriz.

 

 

 

 

 

 

 

Hasta que dejen de decir “malicia indígena”

 

se nota cuando un gomelo hace rocanrol

se nota cuando un gomelo escribe un poema

se nota cuando un gomelo canta

se nota cuando un gomelo hace una película

se nota cuando un gomelo saluda a otro que no–

se nota cuando un gomelo coge bus

se nota cuando un gomelo invoca a los dioses

se nota cuando un gomelo se toma el artístico atrevimiento

de sublimarles a otros

una guerra

un gomelo es un gomelo es un gomelo es un gomelo​​ 

es un gomelo es un gemelo, no, gomelo es un infante

es un nené y viene​​ 

de gomina

o de goma de mascar

en todo caso tiene un gom gom gom de base

gominola gomoso goma goma goma goma qué conjunto de fonemas

delicioso gom, gom, para comérselo, ñami ñami​​ 

sin la c, que no pronuncio, pronunciamos:

me gomo la gomita gue me da mi mamá

porgue me mima gugutata gugutata gugú gugugugugugu

gugugugu

glglglglglglgl me trago al gomelo​​ 

me trago a mí misma ¿me vuelvo madre?

un gomelo es un nené es un hijo es un castrado

es un doblemente castrado porque es el intento de castración de su​​ 

pobre padre

 

esto no es un insulto a los niños

los niños están muy bien donde están, siendo niños

 

se nota cuando un gomelo abre una lata

se nota cuando un gomelo corta un pepino

se nota cuando un gomelo llega a un lugar que no conoce​​ 

se nota cuando un gomelo toca el instante pajero de la inspiración

un gomelo es una copia de una copia de una copia de una copia de otra copia

de otro gomelo

¿cuántas copias de gomelo se necesitan para llegar al original?

 

el gomelo original, como el pecado,

pintado lelo en el cuadro de un virrey glotón

en la pintura, el gomelo está comiendo uchuvas y diciendo​​ 

delicatessen

abanicándose con el pánico de todo lo que no es él

y le da el aire en la boca, sonríe, se traga el aire, se relaja, y chupa uchuva,​​ 

se abanica​​ 

y no se da cuenta​​ 

todos los gomelos nos levantamos de esa silla, miramos al cielo con un bostezo

y decimos:

qué buen día para crear

 

un gomelo es una niña en un parque sin un helado

y quiere uno y lo quiere dulce y lo quiere ya

y no grita para tenerlo, sino que se vuelve experta en un mecanismo:

la cortesía

¿por favor podría ser que, papi, tú me podrías comprar un por favor​​ 

un helado?

dos opciones tiene el papá, concederle o no concederle el deseo

pulsa b para saber cuál va a hacer

b de bobo b de beba b de bueno, “bues buede ser bara la bróxima bez, babi”

 

un gomelo es el derretimiento

de las consonantes en el paladar, en los dientes​​ 

un gomelo es la cataplexia del lenguaje

el brevísimo desmayo del querer decir

 

NO ME COMPROMETERÉ CON LA P, dice el gomelo

NO ME COMPROMETERÉ CON LA K, dice el gomelo

un bebé disfruta cada intento de vocal, de consonante, de canción

no, no son intentos para un bebé estos fonemas, son sus palabras

sus palabras hechizas, raudas, disparadas desde la tripa

con alto impacto

hay que querer las palabras para pronunciarlas

entonces un gomelo no podría ser un bebé, siquiera,

Dios le prohíba​​ 

al gomelo​​ 

verse demasiado deseante

 

y una gomela, ¿qué es una gomela?

es el fierro que escondo

cortésmente

entre la mirada al piso en un carro

por favor y gracias, muchas gracias

doblemente niña doblemente mascota triplemente patrón

escúlcame, enamórame

no tengo el lenguaje para saber

qué me está pasando

 

 

 

 

 

 

 

 

Todo en una tasa

 

Soy una taza de tinto americano.

Espero a que el bigote del mesero buenmozo me aquiete en esta mesa

en esta mesa del peliteñido con gafas, y que usa tirantas

y que compró hace poco unos airpods.

¿Generador de contenido?

¿Fotógrafo?

¿Traductor​​ freelance?

Salto del susto, como la taza de tinto que soy.

Me aplomo, trabajo.​​ 

No paro, produzco.

Salto del susto otra vez.​​ 

Mañana, mañana, mañana

click ‘Hamlet’ by Peter Brook,

click, play

click, play

click, play en otra pestaña

¿tendré algo en el ojo?

No.

Hamlet venga a su padre

Hamlet demuestra que no está loco

Hamlet, puta, no se decide

Hamlet es una obra de teatro

Hamlet maquina, divisa ideas

para escapar de esta mesa de madera fina

qué MDF ni que nada

aquí se desangró la corteza de una palma

si Hamlet estuviera en mi lugar estaría saltando de mesa en mesa

de la dicha, del nervio

para posarse en la empanada vegana de otro diseñador estratégico

que quiere guasquear su mañana con correos,

correos, correos, correos,​​ 

whatsapps

Google Meets, frota sus manos

convulsiona con arranques de clicks

click, play, subió la bolsa de valores,

le mandaron el​​ desktop performance

de Hamlet.

Le da click, le da play

mientras le manda notas de voz a la amiga​​ 

que se aturugó el bigote del mesero buenmozo

y con el celular grapado a la mano él le dice a ella​​ 

–Espera, ¿es él?

 

¡No, no! Es solo el café,

es todo el café,

no he cambiado de mesa, sigo en el mismo pocillo,

en el mismo vapor de vajilla

saltando del susto en un solo puesto

sacándome sangre mientras le digo a mi jefe

sí, ya leí el informe

ya hice el render

ya contraté al extra

pero, ¿y este dolor de pipí?

¿y si alguien me lo agarra el fin de semana y yo tengo sífilis?

¿el mesero sí lavó el vapor de vajilla?

¿qué son todas estas boronas en el piso, no estábamos en la Zona G?

El diseñador estratégico no ha hecho más​​ 

que deslizar los dedos entre la oreja de la taza de su tinto,​​ 

de su tinto, de su propio tinto

y pide otra bandeja de plata en fucsia,

y los desliza de nuevo, muerde el esfero,​​ 

se une al desfile bogotano de luces y pisos de madera, de plástico,

de dientes e implantes azules,

de recetas de comida y de sitios para ir a trabajar y tomarse un buen

café.

Quick,​​ quick, ¿¡dónde está mi tinto!?

 

El diseñador dibuja un cuchillo con sus ojos

mira la taza de todos aquí

¿me vio?

Yo no paro, yo produzco.

Tan hormigas, tan laburo, tan desvestibles,

¿qué hay debajo,

una flor,

un buen páncreas,

una chocolatina?

Regáleme otro tinto, por favor, señor don Bigote

que no he terminado mi trabajo

y ya se acerca la hora capital

el cierre

el buitre mercantil

el fucsia neón de las películas

las cinco de la tarde.

La taza de tinto regresa,​​ 

¿se había ido?

Ya ni sé, ¿no era yo la taza?

¿cuántas llevo?

¿qué son las horas y cómo pensaron que iban a medir un día?

Tengo hambre –o un cráter en el estómago–​​ 

o es el tinto el que está ahí

no existe la luz y estoy yo mirándome

el tinto incrustado en el hígado,​​ 

cual whisky, cual papá de Hamlet

en las arterias,

en la sangre

click, play

 

¿será que a la chica de al lado le gusta el teatro?

¿por qué lee en voz alta?

Estamos en un café trabajando, señora, por Dios,​​ 

¿quién en su sano juicio se da un gusto, o respira, o sonríe para adentro,

o se quita los audífonos y goza de una carcajada muda?

 

Señor Bigote, estoy al borde,

el delantal de su afán me va a tumbar al piso porque estoy al borde

y voy a estallar cual bomba de búnker en la galaxia

sin ruido

nada saldrá nunca de este café.

 

Soy una taza de tinto americano.

Aquí estoy para afianzar la discusión sobre la herencia

o la patria

o cualquier palabra que le escuché a mi padre a los seis años.

Y soy una taza de tinto para que me cojas gusto a los 19

con la legalización

con la deprivación del sueño

con una avalancha de imágenes rotas antes de dormir

con un cuento que leíste en el colegio y entendiste el martes a las tres de la mañana.

 

Soy el tinto latinoamericano que cuesta seis mil

perico

y salpico tus tirantas blancas

y vengo del antebrazo venoso de un tejedor cafetal

que persiguió a su esposa un martes a las tres de la mañana​​ 

y que quizás tenga un hueco real en el hígado.

 

Soy esta taza de tinto.

Vendrás por mí mañana, te esperaré con la sonrisa sudada.

 

 

 

 

 

 

 

Obra del​​ tiempo

 

 

Esta es mi voz

esta misma

estoy hablando ya

ya

ya mismo, ahora

sigo hablando

esta es

no es nueva

no es reveladora

solo es esta –eeeeesta–

me ha costado darle este​​ 

este  ​​ ​​​​ color

lee letras y las hace

aaaaaaaaaaa

si fuera gringa diría

eiiiiiiiiiiiiiii

estas son mis eses

estas son

son  ​​ ​​​​ así  ​​ ​​​​ cuando salen  ​​ ​​ ​​​​ así

pero también pueden ser

así

[o asá]

sssssss...ignificante

muy bien

sssss

ssssssssarpusálogo

¿qué? ¿qué pasó ahí? eso no es nada

voy a decir las siguientes palabras

la lingüística sabe por qué sí se dice

acá no se permite la irreverencia

eso fue una pregunta

ya

ya pasó el instante

ahora

 

pido perdón, o sea, lo digo

las palabras que dije ya no las estoy diciendo

me enredo con mi voz sin

que sea un trabajlenguad

al fin y al khabo

soy un animal

 

me odio

 

no, para

para de hacer eso

payasa

tonta soy una  ​​ ​​ ​​ ​​​​ tonta

para

ya no más

imitadora

ya

basta:

por qué pones en boca tuya las cosas que puedes editar

tú escoges

 

 

 

 

hijueputa​​      perra​​      ​​ loca

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

***

 

 

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