Agua grande, poesía venezolana: Joan Manuel García

Leemos, en el marco del dossier Agua grande, poesía venezolana, preparado por Giordana García Sojo, algunos textos de Joan Manuel García (Coro, 1990) que, actualmente, es editor de la Revista Literaria Madriguera

 

 

 

 

Joan Manuel​​ García (Coro, 1990)​​ es editor de la​​ Revista Literaria Madriguera. Ganador del​​ premio de autores inéditos “Las formas del fuego” mención poesía,​​ segundo lugar del premio Hugo​​ Fernández​​ Oviol, autor del​​ libro Si pretendes regresar​​ (2021, Monte​​ Ávila​​ Editores).

 

 

 

 

 

***

 

 

 

Poemas del libro inédito​​ ​​ (Umi)

 

 

 

 

Cuando caminaste llorabas

de felicidad y de miedo,

el agua quemando tus pies

la luz girando en la frontera de los muertos,

 

cuando te fuiste te salvaste

 

tu corazón:​​ 

un cristal de sal:

un prisma que la luna resuelve.

 

no pretendo entender su rotura

 

ha llegado la hora de irme,

con certeza no te volveré a ver

olvídame, yo haré lo mismo.

 

 

 

 

 

 

 

Cuando me sumerjo mi pecho se cierra

muerdo hasta crujir y la luz se asfixia antes de mí,

ya no soy el pájaro perdido en la avalancha de la luz,

quise ser humilde, pero fracasé,​​ 

 

He de ser más franco que nunca;

el miedo suele ser más poderoso que el amor.

 

 

 

 

 

 

 

Yo quería mariposas

estrellas fugases saliendo del vientre de la tierra

mi cuerpo de sal disgregándose en el agua,

aspiraba a un acto cobarde,

desaparecer en la ruta de una voz

tras una cortina de sombras,

 

 

 

pero tus ojos no parpadean;

​​ y hay miradas que nos mantienen con vida.

 

 

 

 

 

 

 

 

Vi las gaviotas cruzar el viento,

llevar consigo ases en todas direcciones,

caían y la sal las devoraba,

vi burbujas de aire atravesar el agua

mis pulmones colapsados cuando ya no hubo nada en mí

la arena levantándose,​​ 
rodeando mi cuerpo.

 

Vi tu espalda antes de estremecer

cuán importante es el aire

y qué tarde se rinde quien ama demasiado.

 

 

 

 

 

 

 

 

Yo resurgí del incendio

 

en la piedra puse mis manos

y en la arena mi corazón,

 

transmigré en ballena

he imbuí mi voz con el aroma de los árboles,

 

sé que este dolor dura para siempre,

la belleza reside en que el alma también crece.

 

 

 

 

 

 

 

Este libro trata más del suicidio que del mar,

de la huida a lo profundo

la ruptura de la quilla

tras el instinto de las ratas,

los dientes aferrándose a los dientes,

los huesos en llamas

y una estrella colapsando hacia la nada,

 

este libro trata más sobre mantenerse en pie que del suicidio

eso es lo que hacemos cuando todo está perdido.

 

 

 

 

 

 

 

 

a Indira Carpio Olivo

 

Cuando llegué a la noche

mis ojos solo entendían la tiniebla

 

perros latiendo bajo las sombras

 

 la arena, el agua y el frío, 

 

el ocio de la muerte oliendo mi cuello

los huesos ardiendo 

creciendo todos a la vez

 

mi nombre ennegrecido y perdido

 

cuando llegué a la noche

era una tortuga a la vista de las gaviotas

 

una mujer desliza su mano y las ahuyenta, dice, yo te escucho. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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