Agua grande, poesía venezolana: Liwin Acosta

Leemos, en el marco del dossier Agua grande, poesía venezolana, preparado por Giordana García Sojo, algunos poema de Liwin Acosta (1990). Su libro más reciente es Decir del Pájaro publicado por Ediciones Petalurgia en 2023.

 

 

 

 

Liwin Acosta (Li Keith)​​ (Coro, 1990)​​ es un artista multidisciplinario,​​ Licenciado en Educación en Lengua Mención Lengua, Literatura y Latín. Tesista en la Escuela de Medios Audiovisuales (EMA), en la Universidad de Los Andes (ULA). Recibió el segundo lugar en el I Concurso de Joven Poesía “Hugo Fernández Oviol” en el año 2017 y el tercero en la IV edición en el año 2020. Recibió una mención en el III y VI Concurso de Joven Poesía “Rafael Cadenas” en el año 2018 y 2021. Ganó el III Concurso “Ecos de la luz” en el año 2019 y II Premio Internacional de Poesía “Bruno Corona Petit” 2022. Ha editado la plaquette​​ El hogar de las cenizas​​ (Ediciones Awen, 2018), los poemarios​​ Arde Plegaria​​ (LP5, 2020),​​ Declaración de un niño amanecido​​ con la (Palíndromus, 2020)​​ y​​ Decir del Pájaro​​ (Ediciones Petalurgia,​​ 2023).

 

 

 

 

 

 

 

***

 

 

 

 

Todos los poemas de la selección corresponden al libro​​ Decir del pájaro​​ (2023).

 

 

 

 

 

el perro digital se escapa del hombre

 ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​​​ ​​ y del pájaro

 

el bosque le ofrece un rumor​​ 

 

cree escuchar la voz del río​​ 

desenrededar un mensaje en las ramas de los árboles​​ 

 ​​ ​​​​  ​​​​  ​​ ​​ ​​ ​​ ​​​​ debe

 

acallar la sangre del origen

acallar la sangre del

acallar la sangre

acallar

 

camina sobre un lecho de hojas secas​​ 

en su crujir descubre un reino​​ 

le hablan las libélulas

 

 

perro repite una oración traída de tiempos remotos:

 

tengo un mar sudándome en las manos

tengo un mar sudándome en las

tengo un mar sudándome

tengo un mar

tengo un

¿tengo?

 

 

 

 

 

 

 

sol y orilla

 

hay quien anida un pájaro en su lengua

 

al hombre digital se le licúa un mar en la boca

un desierto arde en su garganta​​ 

y un árbol de níspero crece en sus entrañas

 

hay quien duerme un bosque en su pupila

 

la madre del perro riega caracoles en la sala​​ 

su padre eleva un volantín sin cuerda en el estadio del pueblo

su hermana ha descubierto cómo llegar al paraíso

antes de muertos

 

hay quien sorbe una montaña desde el sueño

 

con su analógico habitar de hijo

recibe la bendición de sus santas​​ 

cierra los ojos

abre el cuaderno

se hace sol y orilla con un soplo​​ 

 

digital,

 

se planta el hombre​​ 

y escoge un mantra​​ 

que corra paralelo a sus pulsiones​​ 

 

la nostalgia en​​ la sangre dicta un son

una melodía oscura

rumor de tambores postergados

 

la sombra de una mano danza​​ 

 

en su vaivén se celebra a sí mismo el movimiento

semeja un animal a punto de cazar y ser cazado

pájaro  ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​​​ pájaro

intenta saltar al río

cae sobre las piedras fijas​​ 

ha perdido el miedo a hundirse

 

escribir

es un esfuerzo penitente

por invocar a un dios desconocido

 ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​​​ 

 

 

 

 

 

 

 

desespero

 

ápice

 ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​​​ de la mano corriendo​​ 

 ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​​​ trazo a trazo no es dibujo​​ 

 ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​​​ apenas un verso

 ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​​​ que horada la triste vena abierta​​ 

 ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​​​ en la que se muestra la sombra sublime de un gato​​ 

 ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​​​ que maúlla al otro lado de la casa

 

 

 

 

 

 

 

misión

 

fundar un reino silencioso​​ 

donde​​ 

árbol

viento

sol

mar y nube

 

puedan unirse al sueño de las hormigas

 

digital, el hombre​​ 

(y también el perro)

se va(n) de la urgencia

se va(n) o quiere (n) irse (ya no sé, lo-s escucho poco)

se mira(n) cerquita en el espejo del hambre

y oye(n) un quebrarse repentino

supone(n)

crack

que chilla una vértebra de su espina dorsal

una pantalla donde no se ven sus flores

crack

y camina(n)

los pies le duelen (las patas, al perro)

crack

cae(n) en medio de la calle

es (son) un reguero de vidrios esparcidos

otros​​ 

se ven en él (ellos)

crack

fragmentos

-inserte aquí una onomatopeya distinta a​​ crack-

la vecina de enfrente lo(s) recoge

hecho(s) pedazos no se queja(n)

ya no queda nadie

solo(s) otra vez

se reescribe(n)

crack

con el corazón vacío

pssssst

 

 

 

 

 

 

 

 

casi​​ ars

así

un libro​​ (no)​​ es​​ un abandono

una muerte postergada

una​​ máquina para despedirse

así

un ilusorio tren​​ que se detiene​​ en los ojos de un​​ niño

una causa perdida

así….

 ​​ ​​ ​​ ​​​​  ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​​​ 

(musitó,

el viejo,

luego de despedir​​ al hombre y al perro​​ 

y de soltar las manos del poema).

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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